PIÑERA LAVIN UN MISMO FIN: GANAR
EMPEZO LA CARRERA PRESIDENCIAL
Enrique Urrutia Pérez (*)
Si hasta hace un mes se veía tímidamente cómo empezaba a tomar forma en nuestro país un clima de elecciones, los acontecimientos del último fin de semana han terminado por desatar la
carrera presidencial.
Y parece ser que el ingreso de Sebastián Piñera al grupo de los precandidatos -o a lo mejor
de los candidatos en el caso de la Alianza por Chile- será un elemento que ciertamente
contribuirá a las posibilidades del sector de llegar a la Moneda.
"Para quienes sostengan que llevar dos candidatos no beneficia al sector debido a que puede generar la impresión de que la Alianza por Chile es incapaz de ponerse de acuerdo, sólo cabe señalar que el hecho de llevar un sólo candidato no es suficiente para maquillar un tema que es más profundo y sobre el cual se debe trabajar en serio''.
En efecto, en el escenario actual nos encontramos con que a un buen candidato como es
Joaquín Lavín, quien obtuvo el 48% de los votos en la elección anterior frente al mejor
candidato que ha levantado nunca la Concertación, se viene a sumar ahora otro buen
candidato como es Sebastián Piñera. Sin lugar a dudas se trata de las dos figuras mejor
evaluadas de la centro derecha.
Y digo "sumar" puesto que no obstante que ambos representan opciones que son atractivas
para el electorado, sin lugar a dudas constituyen posiciones y estilos con claras
diferencias. Lo anterior produce que no se disputen exactamente los mismos votos, sino
que penetren las distintas sensibilidades existentes en la gran mayoría de independientes
de nuestro país.
Constatado lo anterior, entonces, surge la interrogante acerca de si es o no conveniente
realizar primarias internas previas a las elecciones presidenciales de fin de año o si,
por el contrario, resulta más beneficioso para el sector que ambos sean candidatos hasta
el final.
Pues bien, abstrayéndonos de las evidentes aprensiones e incluso odiosidades existentes
entre los dos partidos que apoyan a cada uno de los candidatos, parece ser evidente que
el escenario en que la Alianza por Chile obtiene mayor cantidad de preferencias sería
compitiendo Joaquín Lavín y Sebastián Piñera con Michelle Bachelet.
Ahora bien, para quienes sostengan que llevar dos candidatos no beneficia al sector
debido a que puede generar la impresión de que la Alianza por Chile es incapaz de ponerse
de acuerdo, sólo cabe señalar que el hecho de llevar un sólo candidato no es suficiente
para maquillar un tema que es más profundo y sobre el cual se debe trabajar en serio. Y
parece ser que ese eje, en un mundo donde importan más los liderazgos individuales que
las entelequias partidarias, no va ser el que resuelva la elección.
carrera presidencial.
Y parece ser que el ingreso de Sebastián Piñera al grupo de los precandidatos -o a lo mejor
de los candidatos en el caso de la Alianza por Chile- será un elemento que ciertamente
contribuirá a las posibilidades del sector de llegar a la Moneda.
"Para quienes sostengan que llevar dos candidatos no beneficia al sector debido a que puede generar la impresión de que la Alianza por Chile es incapaz de ponerse de acuerdo, sólo cabe señalar que el hecho de llevar un sólo candidato no es suficiente para maquillar un tema que es más profundo y sobre el cual se debe trabajar en serio''.
En efecto, en el escenario actual nos encontramos con que a un buen candidato como es
Joaquín Lavín, quien obtuvo el 48% de los votos en la elección anterior frente al mejor
candidato que ha levantado nunca la Concertación, se viene a sumar ahora otro buen
candidato como es Sebastián Piñera. Sin lugar a dudas se trata de las dos figuras mejor
evaluadas de la centro derecha.
Y digo "sumar" puesto que no obstante que ambos representan opciones que son atractivas
para el electorado, sin lugar a dudas constituyen posiciones y estilos con claras
diferencias. Lo anterior produce que no se disputen exactamente los mismos votos, sino
que penetren las distintas sensibilidades existentes en la gran mayoría de independientes
de nuestro país.
Constatado lo anterior, entonces, surge la interrogante acerca de si es o no conveniente
realizar primarias internas previas a las elecciones presidenciales de fin de año o si,
por el contrario, resulta más beneficioso para el sector que ambos sean candidatos hasta
el final.
Pues bien, abstrayéndonos de las evidentes aprensiones e incluso odiosidades existentes
entre los dos partidos que apoyan a cada uno de los candidatos, parece ser evidente que
el escenario en que la Alianza por Chile obtiene mayor cantidad de preferencias sería
compitiendo Joaquín Lavín y Sebastián Piñera con Michelle Bachelet.
Ahora bien, para quienes sostengan que llevar dos candidatos no beneficia al sector
debido a que puede generar la impresión de que la Alianza por Chile es incapaz de ponerse
de acuerdo, sólo cabe señalar que el hecho de llevar un sólo candidato no es suficiente
para maquillar un tema que es más profundo y sobre el cual se debe trabajar en serio. Y
parece ser que ese eje, en un mundo donde importan más los liderazgos individuales que
las entelequias partidarias, no va ser el que resuelva la elección.
(*)Ortúzar, Aguila y Bulnes, abogados.
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