STAFFERS
Se buscan expertos: interesados, dirigirse al Congreso
Lunes, 11 de Julio de 2005 Reportajes del Lunes, Economía y Negocios, El Mercurio. MONTSERRAT SALVAT LÓPEZ
Que sean independientes, informados, los más "capos" en temas que van desde la ley de presupuesto hasta la clonación. Esas personas entrarían a asesorar a los parlamentarios a partir de 2006 según un proyecto recién presentado. No se sabe cuánto ganarán, pero el dinero vendría del Parlamento.
"Si esto fuera un partido de fútbol, el Gobierno nos gana por goleada, o sea 7 - 0, en la Ley de Presupuesto". Así resume el senador Alberto Espina el desbalance que existe entre la ayuda técnica con la que cuenta el Ejecutivo versus los asesores que puede convocar el Congreso al momento de discutir las indicaciones a un proyecto de ley cualquiera.Pero es posible que en un futuro no tan lejano los parlamentarios de todas las bancadas puedan llegar a las reuniones flanqueados de los más informados asesores. El presidente de la corporación, Sergio Romero, junto con el titular de la Cámara baja, Gabriel Ascencio, anunciaron el miércoles que a partir del próximo año el Legislativo contará con un grupo de asesores expertos con el fin de perfeccionar el proceso de creación de la ley.
Dos experiencias eje
Aunque aún no se definen los aspectos concretos, el proyecto radicado en la Biblioteca del Congreso se funda en dos experiencias internacionales: Los asesores norteamericanos: los denominados "staffers" entran a las comisiones, participan en las sala e incluso hacen de voceros ante la prensa frente a los asuntos importantes. También, una función que cumplen y se espera que ellos tomen en Chile, es la de recibir a los distintos lobbistas que tengan interés en un determinado proyecto de ley. El control francés: El Parlamento francés tiene un equipo destinado a revisar la coherencia entre una nueva ley y la forma cómo se aplica. Esta cuenta se da una vez al año. La idea preliminar para Chile es radicar esta función en las propias comisiones apoyadas por los "staffers", de modo de entregar un informe a la opinión pública sobre la ejecución de las leyes.Se trata de crear un equipo de altos asesores, o "staffers", profesionales de primer nivel para que asesoren a los miembros del Congreso en las materias más diversas, sobre todo en las que requieran tecnicismos porque no se le puede pedir a un diputado o senador que sepa de pesca, mercado de capitales, filiación infantil y lo que trae el día a día.El proyecto ha sido bien recibido, dado que implica contar con una herramienta de análisis propio y que alivia la labor de los secretarios de comisión, que muchas veces tienen que hacer de verdaderos "gerentes de estudio".¿Los más desesperados?Claro que por lo menos en el Senado, el destino de los "staffers" ya tiene una senda clara: las comisiones de Constitución, Legislación y Justicia y la de Hacienda, que son las que estudian la mayor cantidad de proyectos, adelanta el senador Romero.Sólo en la primera se están tratando, entre otros, proyectos como la declaración de patrimonio, el proyecto sobre probidad, las reformas constitucionales, el proyecto de ley sobre protección a los menores, cuenta el senador Espina.Además, Chile dejó de ser una isla y cada vez requiere cuerpos legales más sofisticados, lo que muchas veces incluye estudios de normas extranjeras, cuenta el senador Andrés Zaldívar.Proyectos en los que recuerda haber contactado expertos "con pinzas" fue la del estudio del genoma humano, en que hubo que consultar con científicos, a lo que se suma la complejidad propia de un tema en que linda la ciencia con la ética.Otro de los titánicos fue la aprobación de la reforma procesal penal, recuerda el parlamentario.¿Cómo se preparan en distintos temas los legisladores hoy que no tienen a los staffers? Hacen de todo: se asesoran con institutos afines a sus partidos e incluso a veces les piden a expertos que concurran "de buena voluntad" a asistirlos con estudios y cifras, asegura la diputada Laura Soto, presidenta de la comisión de Constitución, Legislación y Justicia de la Cámara baja.Actualmente, en la dieta de los parlamentarios existe un ítem que permitiría contratar los servicios de un consultor. Por ejemplo, cuenta un senador, se les asignan unos $5 millones mensuales, con los que deben financiar las sedes comunales, el personal de ellas, el transporte... y el asesor. Es decir, que no alcanza para las remuneraciones del mercado, en que un estudio puede costar entre $4 y $30 millones, dependiendo de las credenciales del experto que lo elabora y de la complejidad del tema que se investiga.Además, señalan algunos parlamentarios, la situación actual da ventaja al Ejecutivo, que puede disponer de importantes contingentes de asesores. Es más, en algunas comisiones no permiten el ingreso de "ayudantes" para parlamentarios. El Gobierno puede pagar especialistas en los ministerios, e incluso muchas veces los parlamentarios se valen de los informes elaborados por ellos antes de estudiar un proyecto. Desde una óptica distinta, el senador Jaime Gazmuri agrega que en ocasiones el Ssenado queda demasiado "a merced del gobierno por una parte, de los grupos de interés por otra o de institutos de estudios que obedecen a sus propias lógicas. Pero el Congreso como institución no tiene solidez propia en este aspecto". Fundamental entonces para un Congreso moderno es poder contar con este pequeño comité de expertos y tener la posibilidad de llamar a especialistas clave para proyectos complejos, agrega el senador Juan Antonio Coloma.Pero la labor de los staffers no se reduciría a participar en las leyes. La idea es que además "certifiquen la calidad" del producto legal. Vale decir, que examinen la coherencia entre el espíritu de la discusión parlamentaria y el texto finalmente aprobado, y su aplicación en la realidad. Estos informes serían dados a conocer anualmente a la opinión pública y al resto de los poderes del Estado, para que ellos puedan hacer sus observaciones, explica Sergio Romero.¿Algunos nombres? La iniciativa se está llevando a través de la Biblioteca del Congreso y contará con el apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo, BID.En la elaboración de las características que tendrán estos asesores están trabajando un grupo de consultores que representan las cuatro tendencias predominantes, explica Romero.Se trata de Rafael Blanco (Tiempo 2000, cercano a la DC); Eolo Díaz Tendero (la misma corporación, cercano al PPD, PS); Axel Bucheister, de Libertad y Desarrollo y Marcelo Venegas, que es del Instituto Libertad.Por el momento, esas instituciones han decidido no adelantar nada sobre los modelos que están investigando, dado lo reciente del anuncio.¿Cuándo tendríamos staffers? La primera semana de septiembre debería entregarse parte del proyecto ante el Senado para que sea considerado en el Presupuesto del próximo año, espera el presidente de la comisión de Hacienda, Carlos Ominami.Sí ha trascendido que se podría financiar el equipo con las dietas de los senadores que dejan de cumplir funciones en 2006.Y se aspira que se trate de personas de primer nivel, aunque no se definen nombre concretos. ¿Académicos destacados? ¿Consultores top del mercado? Podría ser, pero como trabajadores del Poder Legislativo que son, deberían "armonizar" con el nivel fuerzas del parlamento.Opinan los legisladores ALBERTO ESPINA Para el senador RN, la presencia de staffers es necesaria para superar el desbalance que existe entre el Ejecutivo y los parlamentarios. SERGIO ROMERO El presidente del Senado espera dar un impulso modernizador al trabajo legislativo con el sistema de asesores y de control de la ley. CARLOS OMINAMILa disminución del número de senadores abre la oportunidad para dar un fuerte salto en materia de asesorías. "Hoy ese ítem es modesto". ANDRÉS ZALDÍVAR "¿Ventajas? Los "staffers" tendrán permenencia, un background que es mucho más que lo que es la asesoría transitoria, que es ad honorem". JAIME GAZMURI "Tener en las comisiones uno o dos profesionales de alto nivel que puedan ilustrarnos de los aspectos técnicos es fundamental para un congreso moderno".
"Si esto fuera un partido de fútbol, el Gobierno nos gana por goleada, o sea 7 - 0, en la Ley de Presupuesto". Así resume el senador Alberto Espina el desbalance que existe entre la ayuda técnica con la que cuenta el Ejecutivo versus los asesores que puede convocar el Congreso al momento de discutir las indicaciones a un proyecto de ley cualquiera.Pero es posible que en un futuro no tan lejano los parlamentarios de todas las bancadas puedan llegar a las reuniones flanqueados de los más informados asesores. El presidente de la corporación, Sergio Romero, junto con el titular de la Cámara baja, Gabriel Ascencio, anunciaron el miércoles que a partir del próximo año el Legislativo contará con un grupo de asesores expertos con el fin de perfeccionar el proceso de creación de la ley.
Dos experiencias eje
Aunque aún no se definen los aspectos concretos, el proyecto radicado en la Biblioteca del Congreso se funda en dos experiencias internacionales: Los asesores norteamericanos: los denominados "staffers" entran a las comisiones, participan en las sala e incluso hacen de voceros ante la prensa frente a los asuntos importantes. También, una función que cumplen y se espera que ellos tomen en Chile, es la de recibir a los distintos lobbistas que tengan interés en un determinado proyecto de ley. El control francés: El Parlamento francés tiene un equipo destinado a revisar la coherencia entre una nueva ley y la forma cómo se aplica. Esta cuenta se da una vez al año. La idea preliminar para Chile es radicar esta función en las propias comisiones apoyadas por los "staffers", de modo de entregar un informe a la opinión pública sobre la ejecución de las leyes.Se trata de crear un equipo de altos asesores, o "staffers", profesionales de primer nivel para que asesoren a los miembros del Congreso en las materias más diversas, sobre todo en las que requieran tecnicismos porque no se le puede pedir a un diputado o senador que sepa de pesca, mercado de capitales, filiación infantil y lo que trae el día a día.El proyecto ha sido bien recibido, dado que implica contar con una herramienta de análisis propio y que alivia la labor de los secretarios de comisión, que muchas veces tienen que hacer de verdaderos "gerentes de estudio".¿Los más desesperados?Claro que por lo menos en el Senado, el destino de los "staffers" ya tiene una senda clara: las comisiones de Constitución, Legislación y Justicia y la de Hacienda, que son las que estudian la mayor cantidad de proyectos, adelanta el senador Romero.Sólo en la primera se están tratando, entre otros, proyectos como la declaración de patrimonio, el proyecto sobre probidad, las reformas constitucionales, el proyecto de ley sobre protección a los menores, cuenta el senador Espina.Además, Chile dejó de ser una isla y cada vez requiere cuerpos legales más sofisticados, lo que muchas veces incluye estudios de normas extranjeras, cuenta el senador Andrés Zaldívar.Proyectos en los que recuerda haber contactado expertos "con pinzas" fue la del estudio del genoma humano, en que hubo que consultar con científicos, a lo que se suma la complejidad propia de un tema en que linda la ciencia con la ética.Otro de los titánicos fue la aprobación de la reforma procesal penal, recuerda el parlamentario.¿Cómo se preparan en distintos temas los legisladores hoy que no tienen a los staffers? Hacen de todo: se asesoran con institutos afines a sus partidos e incluso a veces les piden a expertos que concurran "de buena voluntad" a asistirlos con estudios y cifras, asegura la diputada Laura Soto, presidenta de la comisión de Constitución, Legislación y Justicia de la Cámara baja.Actualmente, en la dieta de los parlamentarios existe un ítem que permitiría contratar los servicios de un consultor. Por ejemplo, cuenta un senador, se les asignan unos $5 millones mensuales, con los que deben financiar las sedes comunales, el personal de ellas, el transporte... y el asesor. Es decir, que no alcanza para las remuneraciones del mercado, en que un estudio puede costar entre $4 y $30 millones, dependiendo de las credenciales del experto que lo elabora y de la complejidad del tema que se investiga.Además, señalan algunos parlamentarios, la situación actual da ventaja al Ejecutivo, que puede disponer de importantes contingentes de asesores. Es más, en algunas comisiones no permiten el ingreso de "ayudantes" para parlamentarios. El Gobierno puede pagar especialistas en los ministerios, e incluso muchas veces los parlamentarios se valen de los informes elaborados por ellos antes de estudiar un proyecto. Desde una óptica distinta, el senador Jaime Gazmuri agrega que en ocasiones el Ssenado queda demasiado "a merced del gobierno por una parte, de los grupos de interés por otra o de institutos de estudios que obedecen a sus propias lógicas. Pero el Congreso como institución no tiene solidez propia en este aspecto". Fundamental entonces para un Congreso moderno es poder contar con este pequeño comité de expertos y tener la posibilidad de llamar a especialistas clave para proyectos complejos, agrega el senador Juan Antonio Coloma.Pero la labor de los staffers no se reduciría a participar en las leyes. La idea es que además "certifiquen la calidad" del producto legal. Vale decir, que examinen la coherencia entre el espíritu de la discusión parlamentaria y el texto finalmente aprobado, y su aplicación en la realidad. Estos informes serían dados a conocer anualmente a la opinión pública y al resto de los poderes del Estado, para que ellos puedan hacer sus observaciones, explica Sergio Romero.¿Algunos nombres? La iniciativa se está llevando a través de la Biblioteca del Congreso y contará con el apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo, BID.En la elaboración de las características que tendrán estos asesores están trabajando un grupo de consultores que representan las cuatro tendencias predominantes, explica Romero.Se trata de Rafael Blanco (Tiempo 2000, cercano a la DC); Eolo Díaz Tendero (la misma corporación, cercano al PPD, PS); Axel Bucheister, de Libertad y Desarrollo y Marcelo Venegas, que es del Instituto Libertad.Por el momento, esas instituciones han decidido no adelantar nada sobre los modelos que están investigando, dado lo reciente del anuncio.¿Cuándo tendríamos staffers? La primera semana de septiembre debería entregarse parte del proyecto ante el Senado para que sea considerado en el Presupuesto del próximo año, espera el presidente de la comisión de Hacienda, Carlos Ominami.Sí ha trascendido que se podría financiar el equipo con las dietas de los senadores que dejan de cumplir funciones en 2006.Y se aspira que se trate de personas de primer nivel, aunque no se definen nombre concretos. ¿Académicos destacados? ¿Consultores top del mercado? Podría ser, pero como trabajadores del Poder Legislativo que son, deberían "armonizar" con el nivel fuerzas del parlamento.Opinan los legisladores ALBERTO ESPINA Para el senador RN, la presencia de staffers es necesaria para superar el desbalance que existe entre el Ejecutivo y los parlamentarios. SERGIO ROMERO El presidente del Senado espera dar un impulso modernizador al trabajo legislativo con el sistema de asesores y de control de la ley. CARLOS OMINAMILa disminución del número de senadores abre la oportunidad para dar un fuerte salto en materia de asesorías. "Hoy ese ítem es modesto". ANDRÉS ZALDÍVAR "¿Ventajas? Los "staffers" tendrán permenencia, un background que es mucho más que lo que es la asesoría transitoria, que es ad honorem". JAIME GAZMURI "Tener en las comisiones uno o dos profesionales de alto nivel que puedan ilustrarnos de los aspectos técnicos es fundamental para un congreso moderno".
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home