COMO MATAR LA GALLINA DE LOS HUEVOS DE ORO
La Legitima Defensa implica en primerisimo lugar defender a la nación y a la ciudadanía de los ataques de los barbaros en el sentido latino (extranjeros). Esto es de perogrullo, es decir iniciar las deportaciones de aquellos extranjeros que se declaran disponibles para atacar a los ciudadanos del país que los acojió. Musulmanes fundamentalistas y terroristas kamikases, residentes en los países occidentales cristianos deberán atenerse a las consecuencias.
Crónica R.Unido.- Blair propone deportar a extremistas, prohibir asociaciones y vigilar páginas webs y librerías
El Gobierno tipificará como delito la "glorificación" del terrorismo y estudiará vías para poder revocar la nacionalidad británica
LONDRES, 5 Ago. (EUROPA PRESS) -
El primer ministro británico, Tony Blair, anunció hoy nuevas propuestas para combatir el extremismo islámico y todo fomento, "glorificación" o aceptación del terrorismo, empezando por la posibilidad de deportar a los extranjeros que promuevan o "glorifiquen" la violencia y el terrorismo.
En su última comparecencia ante la prensa antes de empezar sus vacaciones veraniegas, Blair anunció además que el Gobierno elaborará una lista de páginas web y librerías, así como otros centros y redes de acción extremistas. El Ministerio de Interior estudiará la deportación de toda persona que tenga en ellos una "implicación activa".
El 'premier' quiso anticiparse a posibles críticas de organizaciones de derechos humanos o de la oposición y afirmó que otros países europeos, concretamente Francia y España, ya realizan deportaciones "por decisión ministerial" y no de los tribunales.
Además, aseguró que se buscarán garantías de los países que serán receptores de los deportados, en el sentido de que estos no serán objeto de torturas o tratos degradantes. En concreto, mencionó que Reino Unido ya ha cerrado un acuerdo con Jordania y está en conversaciones con Argelia, Líbano y otros.
El Gobierno está dispuesto a consultar sus propuestas con la oposición y la sociedad civil durante un mes, pero también a modificar leyes, como la Ley de Derechos Humanos por la cual Reino Unido se sumó a la Convención Europea de Derechos Humanos, en caso de que sus planes tropiecen con obstáculos legales. El Gobierno analizará también las posibilidades legales de responder a la petición policial de extender --de tres a 14 días-- el plazo en el que un sospechoso de terrorismo puede estar detenido sin cargos.
Blair apuntó que España aprobó nuevas medidas tras el 11-M, y Francia después de los atentados islamistas en el metro de París en en los noventa. Recordó que antes de los mortíferos atentados del 7-J --que mataron a 52 personas-- su Gobierno ya intentó sacar adelante leyes más duras contra los sospechosos de terrorismo, leyes que se toparon con una "oposición feroz" en el Parlamento.
Ahora, señaló, en el clase política y en la sociedad, "el clima es diferente". "Que nadie tenga ninguna duda de que las reglas del juego han cambiado", apostilló, añadiendo que países como Polonia o Italia están endureciendo sus leyes a raíz de los atentados de Londres. El primer ministro calificó una vez más de "completa obscenidad" que los terroristas usen como excusa la guerra de Irak o la situación de los palestinos para justificar sus ataques.
En su comparecencia, Blair dedicó tiempo a asegurar que las nuevas normas no pretenden atacar ni ofender a "la comunidad musulmana decente y que cumple las leyes" e insistió en que el extremismo "no representa al Islam". De hecho, el 'premier' quiere contar con la comunidad musulmana para vigilar las mezquitas y centros de culto que puedan promover el extremismo.
CRITICAS DE GRUPOS MUSULMANES
Sin embargo, entre las medidas está la ilegalización de algunas asociaciones musulmanas, como Hizb ut Tahrir y Al Muhajiroun, de modo que pertenecer a ellas o financiarlas se convertirá en un delito. Un portavoz de Hizb ut Tahrir, Imran Waheed, calificó la propuesta de "injusta" y aseguró que la recurrirá en los tribunales.
"Hizb ut Tahrir es un partido político no violento", dijo el portavoz de este grupo, que no condenó expresamente los atentados del 7-J, aunque sí distribuyó panfletos llamando a la unidad musulmana y recordando que el Islam prohíbe causar daños a civiles inocentes. El grupo también criticó que se culpara de los atentados a extremistas islámicos. "Nuestros miembros están todos a favor de la expresión política, no de la violencia", añadió.
DELITOS FUERA DEL PAIS
Entre las medidas que tiene Blair en la cartera está la presentación de una nuevas normas antiterroristas que tipificaría como delito el aceptar glorificar el terrorismo, dentro o fuera del país. Cualquiera que incurra en este delito no podrá solicitar asilo, y cualquiera que haya participado en actividades peligrosas para Reino Unido no podrá siquiera entrar en su territorio.
Asimismo, para obtener la nacionalidad británica, los solicitantes deberán hablar inglés y estar integrados. "Venir a Reino Unido no es un derecho", manifestó Blair, pero una vez que uno se queda "eso implica deberes", añadió. Así, toda persona nacionalizada británica podrá ser privada de su nacionalidad si se implica en actividades extremistas.
Para lanzar esta batería de medidas, Blair ha escogido a una serie de altos funcionarios, que estarán dirigidos por el coordinador de Seguridad e Inteligencia del Gobierno, Bill Jeffrey, y trabajarán junto al Comité Antiterrorista del Gabinete, dirigido por el propio Blair.
Los planes del 'premier' también despertaron críticas inmediatas de la organización de defensa de derechos civiles Liberty: "(Blair) habla activamente de deportar a gente para que sufra torturas por todo el mundo. Eso es completamente inaceptable y le hace el juego a los terroristas", dijo su director, Shami Chakrabarti, en declaraciones recogidas por la BBC.
Los planes sí cuentan con el respaldo de la Policía. "Creo que la mentalidad de la gente está cambiando. Lo siento, pero esto es Inglaterra, Gran Bretaña, y no queremos que este fomento del terrorismo continúe". Cuenta también con el apoyo de la oposición.
Algunos miembros del Partido Conservador, no obstante, han ido más allá. El responsable de Defensa 'tory', Gerald Howarth, afirmó que los musulmanes que no acepten el estilo de vida británico debería marcharse. "No es un política conservadora, pero creo que la gente a la que no le guste lo que defendemos en este país tiene que decidir a a qué le debe lealtad", afirmó.
El Gobierno tipificará como delito la "glorificación" del terrorismo y estudiará vías para poder revocar la nacionalidad británica
LONDRES, 5 Ago. (EUROPA PRESS) -
El primer ministro británico, Tony Blair, anunció hoy nuevas propuestas para combatir el extremismo islámico y todo fomento, "glorificación" o aceptación del terrorismo, empezando por la posibilidad de deportar a los extranjeros que promuevan o "glorifiquen" la violencia y el terrorismo.
En su última comparecencia ante la prensa antes de empezar sus vacaciones veraniegas, Blair anunció además que el Gobierno elaborará una lista de páginas web y librerías, así como otros centros y redes de acción extremistas. El Ministerio de Interior estudiará la deportación de toda persona que tenga en ellos una "implicación activa".
El 'premier' quiso anticiparse a posibles críticas de organizaciones de derechos humanos o de la oposición y afirmó que otros países europeos, concretamente Francia y España, ya realizan deportaciones "por decisión ministerial" y no de los tribunales.
Además, aseguró que se buscarán garantías de los países que serán receptores de los deportados, en el sentido de que estos no serán objeto de torturas o tratos degradantes. En concreto, mencionó que Reino Unido ya ha cerrado un acuerdo con Jordania y está en conversaciones con Argelia, Líbano y otros.
El Gobierno está dispuesto a consultar sus propuestas con la oposición y la sociedad civil durante un mes, pero también a modificar leyes, como la Ley de Derechos Humanos por la cual Reino Unido se sumó a la Convención Europea de Derechos Humanos, en caso de que sus planes tropiecen con obstáculos legales. El Gobierno analizará también las posibilidades legales de responder a la petición policial de extender --de tres a 14 días-- el plazo en el que un sospechoso de terrorismo puede estar detenido sin cargos.
Blair apuntó que España aprobó nuevas medidas tras el 11-M, y Francia después de los atentados islamistas en el metro de París en en los noventa. Recordó que antes de los mortíferos atentados del 7-J --que mataron a 52 personas-- su Gobierno ya intentó sacar adelante leyes más duras contra los sospechosos de terrorismo, leyes que se toparon con una "oposición feroz" en el Parlamento.
Ahora, señaló, en el clase política y en la sociedad, "el clima es diferente". "Que nadie tenga ninguna duda de que las reglas del juego han cambiado", apostilló, añadiendo que países como Polonia o Italia están endureciendo sus leyes a raíz de los atentados de Londres. El primer ministro calificó una vez más de "completa obscenidad" que los terroristas usen como excusa la guerra de Irak o la situación de los palestinos para justificar sus ataques.
En su comparecencia, Blair dedicó tiempo a asegurar que las nuevas normas no pretenden atacar ni ofender a "la comunidad musulmana decente y que cumple las leyes" e insistió en que el extremismo "no representa al Islam". De hecho, el 'premier' quiere contar con la comunidad musulmana para vigilar las mezquitas y centros de culto que puedan promover el extremismo.
CRITICAS DE GRUPOS MUSULMANES
Sin embargo, entre las medidas está la ilegalización de algunas asociaciones musulmanas, como Hizb ut Tahrir y Al Muhajiroun, de modo que pertenecer a ellas o financiarlas se convertirá en un delito. Un portavoz de Hizb ut Tahrir, Imran Waheed, calificó la propuesta de "injusta" y aseguró que la recurrirá en los tribunales.
"Hizb ut Tahrir es un partido político no violento", dijo el portavoz de este grupo, que no condenó expresamente los atentados del 7-J, aunque sí distribuyó panfletos llamando a la unidad musulmana y recordando que el Islam prohíbe causar daños a civiles inocentes. El grupo también criticó que se culpara de los atentados a extremistas islámicos. "Nuestros miembros están todos a favor de la expresión política, no de la violencia", añadió.
DELITOS FUERA DEL PAIS
Entre las medidas que tiene Blair en la cartera está la presentación de una nuevas normas antiterroristas que tipificaría como delito el aceptar glorificar el terrorismo, dentro o fuera del país. Cualquiera que incurra en este delito no podrá solicitar asilo, y cualquiera que haya participado en actividades peligrosas para Reino Unido no podrá siquiera entrar en su territorio.
Asimismo, para obtener la nacionalidad británica, los solicitantes deberán hablar inglés y estar integrados. "Venir a Reino Unido no es un derecho", manifestó Blair, pero una vez que uno se queda "eso implica deberes", añadió. Así, toda persona nacionalizada británica podrá ser privada de su nacionalidad si se implica en actividades extremistas.
Para lanzar esta batería de medidas, Blair ha escogido a una serie de altos funcionarios, que estarán dirigidos por el coordinador de Seguridad e Inteligencia del Gobierno, Bill Jeffrey, y trabajarán junto al Comité Antiterrorista del Gabinete, dirigido por el propio Blair.
Los planes del 'premier' también despertaron críticas inmediatas de la organización de defensa de derechos civiles Liberty: "(Blair) habla activamente de deportar a gente para que sufra torturas por todo el mundo. Eso es completamente inaceptable y le hace el juego a los terroristas", dijo su director, Shami Chakrabarti, en declaraciones recogidas por la BBC.
Los planes sí cuentan con el respaldo de la Policía. "Creo que la mentalidad de la gente está cambiando. Lo siento, pero esto es Inglaterra, Gran Bretaña, y no queremos que este fomento del terrorismo continúe". Cuenta también con el apoyo de la oposición.
Algunos miembros del Partido Conservador, no obstante, han ido más allá. El responsable de Defensa 'tory', Gerald Howarth, afirmó que los musulmanes que no acepten el estilo de vida británico debería marcharse. "No es un política conservadora, pero creo que la gente a la que no le guste lo que defendemos en este país tiene que decidir a a qué le debe lealtad", afirmó.
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