miércoles, septiembre 21, 2005

INCIVISMO

Holanda no da tregua al incivismo
Los incívicos extranjeros deben pagar al momento, en efectivo o con tarjeta de crédito
Bélgica permite que un ayuntamiento detenga hasta doce horas a un incívico sin tener que comunicarlo al juez

XAVIER MAS DE XAXÀS - 21/09/2005
La Vanguardia (BARCELONA) Las autoridades holandesas han decidido equilibrar la tolerancia con la sanción para conseguir unas calles limpias de incivismo. Desde hace un año la mayoría de las ciudades y pueblos dispone de un menú de multas. que se exhibe junto a los centros históricos y los lugares de ocio. Igual que sucede en cualquier ciudad europea, estos son los espacios que más ciudadanos atraen, ya sean residentes o turistas. Barcelona, donde el Ayuntamiento apenas logra cobrar tres de cada diez multas sobre incivismo, prepara unas nuevas ordenanzas para el año próximo con el objetivo de conseguir la eficacia que han logrado ya los holandeses. En los Países Bajos, si los infractores son locales, las multas siguen el mismo trámite que las de tráfico. Pasado el periodo de pago voluntario se establecen unos sobrecargos y, finalmente, el Ayuntamiento embarga la cuenta bancaria del ciudadano incívico. "No es que tengamos muchos problemas de incivismo, pero en verano recibimos muchos visitantes que vienen con ganas de divertirse y es necesario advertirles de los riesgos que corren si no respetan las normas", afirma un portavoz del Ayuntamiento de Amsterdam. Los turistas tienen la obligación de pagar en el momento de ser denunciados. Pueden hacerlo en efectivo o con tarjeta de crédito. En el supuesto de que no tengan dinero en metálico o carezcan de tarjeta, quedan a disposición de la policía hasta que logran reunir la cantidad necesaria para abonar la multa. Al precio de la multa, normalmente hay que añadir el coste de limpiar la zona que se ha ensuciado o de reparar los destrozos causados. Si los incívicos son menores de edad, la policía contacta con sus padres, y son ellos los que deben hacer frente a la sanción. Hasta que los progenitores no se hacen cargo de la multa, los niños o adolescentes permanecen bajo custodia policial. Las ciudades belgas cuentan con un sistema muy similar, según informa la Web Policial de Catalunya. En 1992 el Parlamento aprobó una ley de seguridad ciudadana que permite las detenciones por conductas incívicas y antisociales. Pueden prolongarse hasta un máximo de doce horas sin comuni-carlo a un juez. Quién sí debe ser informado es el alcalde o el concejal de seguridad del Ayuntamiento. En el caso de que el detenido sea inmigrante, la detención puede alargarse hasta las 24 horas para que las autoridades de inmigración decidan si es necesaria la expulsión. La Carta Municipal, por la que Barcelona lucha desde hace 20 años, otorgaría al alcalde poderes similares a los que disfrutan sus colegas belgas. En Amberes, por ejemplo, la policía suele efectuar detenciones preventivas los días que el equipo local de fútbol juega en casa. Un responsable de la policía local, citado por la Web Policial de Catalunya, recuerda que en estos casos se ha llegado a detener hasta a 150 personas. Gante es otra ciudad belga que ha acentuado la persecución de los incívicos. "No hemos tenido más remedio - asegura una portavoz municipal-. Esta es una ciudad universitaria, con mucha gente joven. Entre el 16 y el 26 de julio celebramos las fiestas patronales. Organizamos cuatro festivales de música y cultura. Un millón y medio de personas acude al centro histórico a divertirse. Allí tenemos 288 bares, que básicamente sirven cervezas. Teníamos muchos problemas con los orines y los vómitos. Este año, sin embargo, nos hemos puesto duros. Una campaña de sensibilización, con carteles por toda la ciudad, combinada con multas, han dado resultado". En Barcelona, las ordenanzas municipales que regulan el uso del espacio público son muy claras a la hora de identificar las prácticas incívicas. Además de "realizar necesidades biológicas" en la calle está prohibido pintar las paredes, escupir, tirar chiclés, papeles y colillas al suelo o, simplemente, permanecer "sin observar las mínimas condiciones de limpieza e higiene personal". El riego de plantas así como la sacudida de alfombras no está permitido entre las diez de la noche y las siete de la mañana. Toda esta concreción, sin embargo, queda en nada cuando la Guardia Urbana carece de los medios necesarios para detener a los infractores y cuando el Ayuntamiento no cuenta con un sistema efectivo para cobrar las multas. Las sanciones pueden acarrear multas de hasta 450 euros. Beber alcohol en la calle, por ejemplo, puede resultar en una multa de 300 euros. Los lateros, sin embargo, han hecho el agosto vendiendo latas de cerveza a un euro en lugares céntricos de Ciutat Vella y el Eixample sin que la Guardia Urbana haya podido actuar con eficacia contra ellos y los que consumen cervezas en la vía pública. El alcalde Joan Clos ha prometido que el próximo 1 de enero, la ciudad contará con nuevas ordenanzas municipales sobre civismo, que permitirá una mayor eficacia en la denuncia de los infractores y el cobro de las multas. Es posible, incluso, que lo que hoy simplemente son faltas leves sean consideradas como delitos. Las multas, asimismo, serán proporcionales a los daños causados por la persona incívica. Clos confía en que la entrada de los Mossos en noviembre, el refuerzo de la Guardia Urbana con más agentes y la Carta Municipal, que el Congreso tramitará en los próximos meses, permitan una lucha más eficaz contra los incívicos.
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