SEGUIR DIVIDIDOS?
Bolivia: Morales y sus opositores se fortalecen; la división sigue intacta
Hace 2 horas
LA PAZ (AFP) — El triunfo del presidente Evo Morales en el referendo del domingo, apoyado en un sólido 63%, fortalece su proyecto de nacionalizaciones aunque sus principales opositores consiguieron victorias categóricas en sus regiones con lo cual la división de Bolivia se mantiene intacta.
Fortalecido, el presidente intentará profundizar su proyecto social mediante un proyecto de Constitución estatista e indigenista -considerado ilegítimo por la oposición-.
En su discuso de victoria señaló que "estamos acá para seguir avanzando en la recuperación de los recursos naturales y para la consolidación de la nacionalización".
El presidente venezolano, Hugo Chávez, llamó a Morales "para transmitirle su palabra de felicitación y manifestarle la firme intención del gobierno bolivariano de continuar acompañando la revolucion democrática y cultural impulsada por el hermano pueblo boliviano", según un comunicado en Caracas.
Mientras tanto las regiones orientales y ricas -Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija, que suman un 60% del PIB- seguirán apostando por un proyecto autonomista, que el gobierno califica de secesionista.
Los resultados del referendo confirmaron el apoyo a Morales, con un 63%, pero también los cuatro prefectos (gobernadores) del núcleo duro opositor fueron confirmados en sus respectivos departamentos, lo que crea una polarización adicional, que sólo podría resolverse mediante el diálogo, según coinciden los analistas.
Donde en cambio hay divergencias es sobre si ese diálogo es posible o no, puesto que justamente se llegó a este referendo porque no se pudo dialogar antes.
En su discurso de triunfo, Morales convocó a unir los estatutos autonómicos y una nueva Constitución, pero ese anuncio es tomado con desconfianza puesto que la idea de siempre del presidente es meter en el saco también autonomías municipales e indígenas y eso desbarata completamente el proyecto de las regiones opositoras.
"Por una vez Morales cambió de tono y convocó a un diálogo", dijo a la AFP el politólogo francés Hervé do Alto, basado en la Paz, señalando que se trata de "un giro en la actitud del gobierno frente a los autonomistas".
Uno de los puntos críticos en la relación entre los dos bloques es el impuesto a los hidrocarburos (IDH), que el año pasado Morales cortó a los departamentos, con lo cual les quitó recursos por 600 millones de dólares por año.
"La cuestión del IDH es vital para las regiones ya que este impuesto compromete el financiamiento de las regiones, y así es la autonomía misma la que está en juego", dijo el analista francés Franck Poupeau a la AFP.
"El enfrentamiento se centrará en el IDH puesto que sin recursos la autonomía no servirá de gran cosa", agregó, afirmando que será difícil que el gobierno central ceda sobre ese punto.
Para el analista Ricardo Paz Ballivían, la salida puede ser violenta.
Tras el referendo "está claro que los extremos se han fortalecido. Hoy estamos igual que antes del referendo, sólo que más polarizados y con diferencias más profundas".
"Se habla de diálogo pero eso está visto que ha fracasado", sostuvo.
Mientras tanto el opositor moderado Samuel Doria Medina opinó que el referendo significa "más división, más enfrentamiento. Claramente hay un mandato de negociación para ambas partes porque claramente ninguna tiene apoyo en el país".
El clima que imperaba este lunes en Bolivia era de calma política tras una larga campaña y las arduas escaramuzas de la semana pasada, cuando el presidente fue impedido de viajar a cuatro regiones opositoras por dirigentes que bloquearon aeropuertos.
En los cuatro departamentos opositores -en particular Santa Cruz, donde el mandatario tuvo una oposición superior al 60%- se mantenía sin embargo una huelga de hambre de un millar de dirigentes cívicos por el tema del IDH, en medio de un discurso de sus líderes que se revela más conciliador.
Diálogo es la palabra clave en Bolivia pero faltará ver bajo qué condiciones los líderes políticos aceptan sentarse a la mesa para buscar una solución.
Hace 2 horas
LA PAZ (AFP) — El triunfo del presidente Evo Morales en el referendo del domingo, apoyado en un sólido 63%, fortalece su proyecto de nacionalizaciones aunque sus principales opositores consiguieron victorias categóricas en sus regiones con lo cual la división de Bolivia se mantiene intacta.
Fortalecido, el presidente intentará profundizar su proyecto social mediante un proyecto de Constitución estatista e indigenista -considerado ilegítimo por la oposición-.
En su discuso de victoria señaló que "estamos acá para seguir avanzando en la recuperación de los recursos naturales y para la consolidación de la nacionalización".
El presidente venezolano, Hugo Chávez, llamó a Morales "para transmitirle su palabra de felicitación y manifestarle la firme intención del gobierno bolivariano de continuar acompañando la revolucion democrática y cultural impulsada por el hermano pueblo boliviano", según un comunicado en Caracas.
Mientras tanto las regiones orientales y ricas -Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija, que suman un 60% del PIB- seguirán apostando por un proyecto autonomista, que el gobierno califica de secesionista.
Los resultados del referendo confirmaron el apoyo a Morales, con un 63%, pero también los cuatro prefectos (gobernadores) del núcleo duro opositor fueron confirmados en sus respectivos departamentos, lo que crea una polarización adicional, que sólo podría resolverse mediante el diálogo, según coinciden los analistas.
Donde en cambio hay divergencias es sobre si ese diálogo es posible o no, puesto que justamente se llegó a este referendo porque no se pudo dialogar antes.
En su discurso de triunfo, Morales convocó a unir los estatutos autonómicos y una nueva Constitución, pero ese anuncio es tomado con desconfianza puesto que la idea de siempre del presidente es meter en el saco también autonomías municipales e indígenas y eso desbarata completamente el proyecto de las regiones opositoras.
"Por una vez Morales cambió de tono y convocó a un diálogo", dijo a la AFP el politólogo francés Hervé do Alto, basado en la Paz, señalando que se trata de "un giro en la actitud del gobierno frente a los autonomistas".
Uno de los puntos críticos en la relación entre los dos bloques es el impuesto a los hidrocarburos (IDH), que el año pasado Morales cortó a los departamentos, con lo cual les quitó recursos por 600 millones de dólares por año.
"La cuestión del IDH es vital para las regiones ya que este impuesto compromete el financiamiento de las regiones, y así es la autonomía misma la que está en juego", dijo el analista francés Franck Poupeau a la AFP.
"El enfrentamiento se centrará en el IDH puesto que sin recursos la autonomía no servirá de gran cosa", agregó, afirmando que será difícil que el gobierno central ceda sobre ese punto.
Para el analista Ricardo Paz Ballivían, la salida puede ser violenta.
Tras el referendo "está claro que los extremos se han fortalecido. Hoy estamos igual que antes del referendo, sólo que más polarizados y con diferencias más profundas".
"Se habla de diálogo pero eso está visto que ha fracasado", sostuvo.
Mientras tanto el opositor moderado Samuel Doria Medina opinó que el referendo significa "más división, más enfrentamiento. Claramente hay un mandato de negociación para ambas partes porque claramente ninguna tiene apoyo en el país".
El clima que imperaba este lunes en Bolivia era de calma política tras una larga campaña y las arduas escaramuzas de la semana pasada, cuando el presidente fue impedido de viajar a cuatro regiones opositoras por dirigentes que bloquearon aeropuertos.
En los cuatro departamentos opositores -en particular Santa Cruz, donde el mandatario tuvo una oposición superior al 60%- se mantenía sin embargo una huelga de hambre de un millar de dirigentes cívicos por el tema del IDH, en medio de un discurso de sus líderes que se revela más conciliador.
Diálogo es la palabra clave en Bolivia pero faltará ver bajo qué condiciones los líderes políticos aceptan sentarse a la mesa para buscar una solución.
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home