EN LA CRUZ POR DESIGUALDAD SOCIAL, DROGA, CORRUPCION POLÍTICA Y DESVIACIONES SEXUALES DE LA IGLESIA
El Papa condena la proliferación de la corrupción política
El Papa, ayer, a su llegada a un centro de rehabilitación de drogadictos
Ratzinger pide a los traficantes de droga que reflexionen sobre el mal que hacen a la juventud
Benedicto XVI advirtió además de las desviaciones sexuales de la Iglesia
La prensa de Brasil destacaba ayer las críticas del Papa Benedicto XVI a la desigualdad social y la corrupción política, así como la condena a las desviaciones sexuales en la Iglesia y la advertencia sobre el avance de las sectas. Los diarios brasileños coinciden en que los discursos del viernes mostraron a un pontífice dispuesto a defender a la Iglesia, y dieron a las críticas mayor relevancia que a la canonización de Fray Galvao, el primer santo nacido en el país con mayor número de católicos en el mundo. «El Papa condena la corrupción y quiere sacerdotes más cerca de los pobres», «El Papa sale al ataque, condena desvíos sexuales en la Iglesia y critica políticos», «El Papa ataca medios, sectas y divorcio», «En su discurso más duro, el Papa ataca el divorcio, defiende la virginidad y critica los medios». «Papa quiere políticos honestos: ¿Será un milagro?, fueron algunos de los titulares. Por otro lado, el Papa pidió a los traficantes y distribuidores de drogas que «reflexionen» sobre el mal que causan a multitudes de jóvenes y de adultos en toda la sociedad y les advirtió: «Dios os pedirá cuentas de lo que estáis haciendo». El Pontífice hizo estas manifestaciones ante unos 6.000 invitados, entre ellos unos 2.000 jóvenes que se rehabilitan en centros de la Hacienda de la Esperanza, en el de Piedrinhas, del municipio de Guaratiguentá, cerca del santuario mariano de Aparecida, que ayer visitó. «Me dirijo a los traficantes de droga para que reflexionen sobre el daño que están haciendo a multitudes de jóvenes y de adultos de todos las clases sociales: Dios os pedirá cuentas de lo que estáis haciendo. La dignidad humana no puede ser pisoteada de este modo», dijo el Pontífice. Sus palabras recordaron las pronunciadas en 1993 por Juan Pablo II cuando visitó la localidad italiana de Agrigento, en Sicilia, y con voz enérgica, exigió a la mafia que se «arrepintiera». «Pentitevi» (arrepentíos), clamó entonces el Papa, una advertencia recordada ayer, cuando con la misma decisión Benedicto XVI advirtió a los traficantes de que Dios les pedirá cuentas.
El Papa, ayer, a su llegada a un centro de rehabilitación de drogadictos
Ratzinger pide a los traficantes de droga que reflexionen sobre el mal que hacen a la juventud
Benedicto XVI advirtió además de las desviaciones sexuales de la Iglesia
La prensa de Brasil destacaba ayer las críticas del Papa Benedicto XVI a la desigualdad social y la corrupción política, así como la condena a las desviaciones sexuales en la Iglesia y la advertencia sobre el avance de las sectas. Los diarios brasileños coinciden en que los discursos del viernes mostraron a un pontífice dispuesto a defender a la Iglesia, y dieron a las críticas mayor relevancia que a la canonización de Fray Galvao, el primer santo nacido en el país con mayor número de católicos en el mundo. «El Papa condena la corrupción y quiere sacerdotes más cerca de los pobres», «El Papa sale al ataque, condena desvíos sexuales en la Iglesia y critica políticos», «El Papa ataca medios, sectas y divorcio», «En su discurso más duro, el Papa ataca el divorcio, defiende la virginidad y critica los medios». «Papa quiere políticos honestos: ¿Será un milagro?, fueron algunos de los titulares. Por otro lado, el Papa pidió a los traficantes y distribuidores de drogas que «reflexionen» sobre el mal que causan a multitudes de jóvenes y de adultos en toda la sociedad y les advirtió: «Dios os pedirá cuentas de lo que estáis haciendo». El Pontífice hizo estas manifestaciones ante unos 6.000 invitados, entre ellos unos 2.000 jóvenes que se rehabilitan en centros de la Hacienda de la Esperanza, en el de Piedrinhas, del municipio de Guaratiguentá, cerca del santuario mariano de Aparecida, que ayer visitó. «Me dirijo a los traficantes de droga para que reflexionen sobre el daño que están haciendo a multitudes de jóvenes y de adultos de todos las clases sociales: Dios os pedirá cuentas de lo que estáis haciendo. La dignidad humana no puede ser pisoteada de este modo», dijo el Pontífice. Sus palabras recordaron las pronunciadas en 1993 por Juan Pablo II cuando visitó la localidad italiana de Agrigento, en Sicilia, y con voz enérgica, exigió a la mafia que se «arrepintiera». «Pentitevi» (arrepentíos), clamó entonces el Papa, una advertencia recordada ayer, cuando con la misma decisión Benedicto XVI advirtió a los traficantes de que Dios les pedirá cuentas.
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