EL LEGADO DE UN MARCHANTE DE ARTE
La génesis del art nouveauCaixaForum exhibe 350 piezas del movimiento que unió artesanía y arte
JUSTO BARRANCO - 07/09/2005 (La Vanguardia de Barcelona) Barcelona El art nouveau nació en una tienda. El 26 de diciembre de 1895 el marchante Siegfried Bing abría en la parisina calle Provence su nueva galería, llamada L´Art Nouveau porque en ella quería exhibir el arte nuevo, obras que no estuvieran inspiradas en el pasado sino en marcadas preferencias personales: "L´Art Nouveau se esforzará por eliminar lo feo y lo pretencioso de cuanto actualmente nos rodea, a fin de dotar de un gusto perfecto, de encanto y de belleza natural a los objetos utilitarios más nimios". Como ya sabemos, la tienda no logró del todo tan ambicioso objetivo, pero en los diez años que estuvo abierta dio nombre a un movimiento artístico que unió artesanía y arte en pos de la armonía. Un movimiento influido por el arte japonés y sus motivos cotidianos convertidos en temas artísticos, y que se caracterizó por líneas sinuosas y motivos naturales, pero que abarcó muy variados estilos. CaixaForum abre hoy L´Art Nouveau. El legado de Siegfried Bing, una gran muestra que reúne 350 objetos que pasaron por la galería de Bing: cuadros, esculturas, joyas, muebles, jarrones e incluso peinetas que un siglo después continúan siendo delicadamente hermosas. Obras que explican la trayectoria comercial de Bing y la génesis de un movimiento nuevo. Y que influyeron más allá: la exposición de CaixaForum procede del Museo Van Gogh de Amsterdam porque el pintor holandés era asiduo comprador de los grabados japoneses de Bing: tenía más de 700. Bing (1838-1905) pertenecía a una familia judía de Hamburgo dedicada a la importación de cerámica francesa. Pero ya en 1880 poseía galerías en París que satisfacían el gusto por los objetos japoneses que se había desatado desde la forzada apertura comercial del país del sol naciente en 1854. Es el japonismo. La cultura nipona se ve como una fuente fresca de ideas capaz de liberar al arte occidental de sus convenciones rígidas. Llega un momento, recordaba ayer el comisario Edwin Becker, en el que Bing, debido al aumento de la competencia y la menor demanda, toma una nueva dirección. En 1894 visita EE. UU., donde encuentra las obras de vidrio de Louis Comfort Tiffany, de las que obtuvo la exclusiva para París y con el que colaboraría. Y en 1895 visita Bruselas, donde conoce La Maison d´Art - que quiere mostrar al público de forma permanente obras que sólo pueden verse en exposiciones temporales y favorecer las industrias artísticas-, y también a dos artistas que están en la base del movimiento: Van de Velde, que abandonó la pintura para modernizar la decoración de interiores siguiendo el modelo de Arts & Crafts británico, y el pionero de la arquitectura art nouveau Victor Horta. Y a finales de 1895 Bing abre L´Art Nouveau, decisiva para que cristalice la nueva sensibilidad. En la galería, decorada por Van de Velde, en un momento u otro se venderían las 350 piezas de la muestra. Marchante de gran sensibilidad artística, Bing "busca unificar las artes en un todo armonioso", dice Becker. Pero la prensa gala le acusa de confundir a los artistas franceses. "Tuvo problemas para unir a los artistas bajo el mismo techo conceptual, pero creía necesaria la iniciativa. Unió a artistas y artesanos como hizo el Arts & Crafts británico para lograr el objeto funcional y hermoso. Y fue más que un intermediario. Impulsó a los artistas y convenció a los coleccionistas y a museos de todo el mundo". Siguiendo el ejemplo del Arts & Crafts, montó talleres para artesanos del metal, ebanistas y fabricantes de muebles. Y en su tienda organizó grandes muestras que denominó Salons, donde expuso a los simbolistas, los puntillistas o los neoimpresionistas, muchos de los cuales habían asimilado la técnica de colores planos y el trazo decorativo de las estampas japonesas. Exhibió a Serusier, Fernand Khnopff, el simbolismo del húngaro József Rippl-Rónai, los bellísimos jarrones de los hermanos Daum, la escultura de Rodin o Meunier, todos en CaixaForum. Incluso al desconocido Munch. En 1900, en la Exposición Universal de París, Bing lograría un enorme éxito con el pabellón que encargó a los artistas Georges de Feure, Eugène Gaillard y Edward Colonna, y que reunía cuadros, muebles, porcelanas y objetos de calidad. La composición delicada del color y las proporciones armoniosas recuerdan ya entonces al rococó francés del siglo XVIII. A partir de las raíces belgas iniciales se ha formado un estilo nacional, respondiendo a los críticos que veían un internacionalismo excesivo. "El art nouveau francés y belga fue en Alemania el Jugendstil, en Catalunya el modernisme. Hay un sentimiento global, pero en cada sitio tiene raíces muy nacionales". Tras el éxito de 1900, el movimiento duró poco y la tienda de Bing cerró en 1904. "Pero el influjo del art nouveau daría lugar a una segunda y una tercera hornada años más tarde", concluye Becker.
JUSTO BARRANCO - 07/09/2005 (La Vanguardia de Barcelona) Barcelona El art nouveau nació en una tienda. El 26 de diciembre de 1895 el marchante Siegfried Bing abría en la parisina calle Provence su nueva galería, llamada L´Art Nouveau porque en ella quería exhibir el arte nuevo, obras que no estuvieran inspiradas en el pasado sino en marcadas preferencias personales: "L´Art Nouveau se esforzará por eliminar lo feo y lo pretencioso de cuanto actualmente nos rodea, a fin de dotar de un gusto perfecto, de encanto y de belleza natural a los objetos utilitarios más nimios". Como ya sabemos, la tienda no logró del todo tan ambicioso objetivo, pero en los diez años que estuvo abierta dio nombre a un movimiento artístico que unió artesanía y arte en pos de la armonía. Un movimiento influido por el arte japonés y sus motivos cotidianos convertidos en temas artísticos, y que se caracterizó por líneas sinuosas y motivos naturales, pero que abarcó muy variados estilos. CaixaForum abre hoy L´Art Nouveau. El legado de Siegfried Bing, una gran muestra que reúne 350 objetos que pasaron por la galería de Bing: cuadros, esculturas, joyas, muebles, jarrones e incluso peinetas que un siglo después continúan siendo delicadamente hermosas. Obras que explican la trayectoria comercial de Bing y la génesis de un movimiento nuevo. Y que influyeron más allá: la exposición de CaixaForum procede del Museo Van Gogh de Amsterdam porque el pintor holandés era asiduo comprador de los grabados japoneses de Bing: tenía más de 700. Bing (1838-1905) pertenecía a una familia judía de Hamburgo dedicada a la importación de cerámica francesa. Pero ya en 1880 poseía galerías en París que satisfacían el gusto por los objetos japoneses que se había desatado desde la forzada apertura comercial del país del sol naciente en 1854. Es el japonismo. La cultura nipona se ve como una fuente fresca de ideas capaz de liberar al arte occidental de sus convenciones rígidas. Llega un momento, recordaba ayer el comisario Edwin Becker, en el que Bing, debido al aumento de la competencia y la menor demanda, toma una nueva dirección. En 1894 visita EE. UU., donde encuentra las obras de vidrio de Louis Comfort Tiffany, de las que obtuvo la exclusiva para París y con el que colaboraría. Y en 1895 visita Bruselas, donde conoce La Maison d´Art - que quiere mostrar al público de forma permanente obras que sólo pueden verse en exposiciones temporales y favorecer las industrias artísticas-, y también a dos artistas que están en la base del movimiento: Van de Velde, que abandonó la pintura para modernizar la decoración de interiores siguiendo el modelo de Arts & Crafts británico, y el pionero de la arquitectura art nouveau Victor Horta. Y a finales de 1895 Bing abre L´Art Nouveau, decisiva para que cristalice la nueva sensibilidad. En la galería, decorada por Van de Velde, en un momento u otro se venderían las 350 piezas de la muestra. Marchante de gran sensibilidad artística, Bing "busca unificar las artes en un todo armonioso", dice Becker. Pero la prensa gala le acusa de confundir a los artistas franceses. "Tuvo problemas para unir a los artistas bajo el mismo techo conceptual, pero creía necesaria la iniciativa. Unió a artistas y artesanos como hizo el Arts & Crafts británico para lograr el objeto funcional y hermoso. Y fue más que un intermediario. Impulsó a los artistas y convenció a los coleccionistas y a museos de todo el mundo". Siguiendo el ejemplo del Arts & Crafts, montó talleres para artesanos del metal, ebanistas y fabricantes de muebles. Y en su tienda organizó grandes muestras que denominó Salons, donde expuso a los simbolistas, los puntillistas o los neoimpresionistas, muchos de los cuales habían asimilado la técnica de colores planos y el trazo decorativo de las estampas japonesas. Exhibió a Serusier, Fernand Khnopff, el simbolismo del húngaro József Rippl-Rónai, los bellísimos jarrones de los hermanos Daum, la escultura de Rodin o Meunier, todos en CaixaForum. Incluso al desconocido Munch. En 1900, en la Exposición Universal de París, Bing lograría un enorme éxito con el pabellón que encargó a los artistas Georges de Feure, Eugène Gaillard y Edward Colonna, y que reunía cuadros, muebles, porcelanas y objetos de calidad. La composición delicada del color y las proporciones armoniosas recuerdan ya entonces al rococó francés del siglo XVIII. A partir de las raíces belgas iniciales se ha formado un estilo nacional, respondiendo a los críticos que veían un internacionalismo excesivo. "El art nouveau francés y belga fue en Alemania el Jugendstil, en Catalunya el modernisme. Hay un sentimiento global, pero en cada sitio tiene raíces muy nacionales". Tras el éxito de 1900, el movimiento duró poco y la tienda de Bing cerró en 1904. "Pero el influjo del art nouveau daría lugar a una segunda y una tercera hornada años más tarde", concluye Becker.
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