REAL ACADEMIA
Salamanca, plaza mayor del idioma
La Real Academia presenta el jueves el Diccionario del Estudiante y, en el otoño literario, el Panhispánico de Dudas, dos grandes proyectos culminados en colaboración con todas las Academias del español, que se reúnen desde hoy en Salamanca
ANTONIO ASTORGA
MADRID.
El español ya no deja lugar a dudas. La sala de máquinas del idioma apenas ceja y en cuestión de dos meses verán la luz dos joyas de la corona lingüística panhispánica que la RAE ha ido forjando a fuego lento: el Diccionario del Estudiante (que se presenta el próximo jueves en la sede de la Fundación Rafael del Pino, gran e imprescindible mecenas de este proyecto, en un acto presidido por los Príncipes de Asturias) y el Diccionario Panhispánico de Dudas (el conocido popularmente como «Depedé»), que llegará a las librerías a final de octubre o principios de noviembre. En lengua, como sostenía el poeta Horacio, el uso es más poderoso que los Césares. Y ese uso se podrá auscultar en formato impreso o a través de internet.Estos dos grandes proyectos sabiamente terminados y otros que se están amasando serán examinados a partir de hoy y hasta el miércoles en Salamanca, con motivo de una reunión plenaria de directores de las 22 Academias de la Lengua Española. Con este encuentro, la Real Academia Española que dirige Víctor García de la Concha pone su granito de arena a los actos de celebración del 250 aniversario de la barroca Plaza Mayor salmantina. La unamuniana ciudad universitaria, decíamos ayer, se convierte pues en la gran plaza de la unidad del idioma.De 12 a 18 añosEl Diccionario del Estudiante reúne 40.000 términos y ha sido preparado para jóvenes de 12 a 18 años de todo el ámbito hispánico. Esta herramienta incorpora no sólo el léxico de España, sino el de Hispanoamérica porque está dirigido a los estudiantes de «allá» y de «acá», de las dos orillas del español. Se trata de «tender puentes» con el léxico de los países de habla española ya que la lengua es un «patrimonio compartido».El Diccionario Panhispánico de Dudas es el proyecto más panhispánico de la RAE. Desde la propia idea original, todo se ha construido ex aequo por todas las Academias de la Lengua Española. Responde a 7.000 dudas. Se han manejado 1.600 textos de creación y 160 medios de comunicación para resolverlas.Entre esas dudas, el «Depedé», por ejemplo remite «diabetis» a diabetes y sentencia: «Enfermedad metabólica caracterizada por la excesiva secreción de orina». Es voz llana (diabétes), aunque en algunos países de América se oye a menudo con acentuación esdrújula: diábetes. Y recomienda: debe evitarse el vulgarismo «diabetis», frecuente en el habla popular.Hace un lustro, los ordenadores de la Real Academia no daban abasto. La institución abría en su página de internet (www.rae.es) una sección de consultas lingüísticas denominada «Español al día». Al instante, sus discos duros fueron asaeteados con un centenar de consultas diarias, que fue creciendo poco a poco hasta rozar el medio millar. Por correos electrónicos y por correos de carne y hueso corrían dudas y más dudas que asaltaban el edificio de la calle de Felipe IV. La Real Academia Española y las 21 Academias correspondientes se pusieron manos a la obra para elaborar un instrumento «de vanguardia y de combate». Ese es el «Depedé».Lo espurio y la libidoAsí, se enmienda la plana a los amantes del cultismo. Por ejemplo, con el término espúreo/a, que nos lleva a la correcta espurio/a y que significa falso o ilegítimo. Procede del latín «spurius» y es, pues, errónea la forma espúreo, «que escriben por ultracorrección incluso personas cultas», se dice.Leer el «Depedé» le subirá la libido (no la líbido, con acento) a más de una. Libido -deseo sexual- es un sustantivo femenino llano, como corresponde a su etimología. Es, por tanto, errónea la forma esdrújula líbido, debida al influjo del adjetivo lívido (amoratado o pálido) con el que nunca debe confundirse. Una de las voces que más consultas ha convocado es la que se refiere al clásico pantalón vaquero. ¿Se debe escribir blue jean o jean? El Diccionario Panhispánico de Dudas limpia, fija y aclara: «El pantalón de tela recia, generalmente azul, usado originariamente por los vaqueros de Texas, recibe en español los nombres de (pantalón) vaquero o (pantalón) tejano. La denominación tejano sólo se utiliza en España, junto a la de vaquero, voz usada también en varios países americanos. Aunque en muchos países, especialmente en América, se utilizan los términos ingleses jean(s) o blue jean(s), es preferible utilizar los términos propios del español o, en todo caso, las voces inglesas en las formas bluyín (plural: bluyines) o yin (plural: yins o yines)».RocanroleandoAclarado, pues: bluyín para designar a estos vaqueros que también se aclaran cuando se lavan con lejía. ¿Se puede rocanrolear enfundado en un bluyín? Por supuesto, sostiene el «Depedé»: «Aunque es voz asentada en el uso internacional con su grafía originaria, se documenta ya a ambos lados del Atlántico la adaptación rocanrol, cuyo empleo es preferible al del anglicismo crudo. De esta adaptación derivan voces como rocanrolero («intéprete de rocanrol o aficionado al rocanrol») y rocanrolear («tocar o bailar rocanrol»). Deben evitarse grafías híbridas como «rockanrolero», «rockanrollero» o «rockanrolear». El «Depedé» no es un depósito cerrado sino un observatorio atento a la evolución del español. Se preocupará de los extranjerismos que cada día irrumpen en el mundo hispanohablante y, de manera consensuada, se tratará de ofrecer una respuesta inmediata. Se procurarán normalizar los aspectos gráficos de la Lengua Española. El Panhispánico de Dudas se nutrirá de las propuestas de todas las Academias de la Lengua Española, de infinidad de obras literarias y de publicaciones de todo tipo... Y por supuesto, de las 83.500 voces del Diccionario de la Lengua Española. Todas las entradas se ordenarán alfabéticamente para facilitar su consulta. El objetivo final es construir un gran Diccionario de «certezas que diagnostique las tensiones del idioma, que no son sino las dudas». Será una obra de «vanguardia de combate». Este Diccionario es una radiografía del idioma vivo, edificado desde un observatorio privilegiado como es el español, esa lengua de andariegos e inmigrantes que creó la novela moderna. Y se puede degustar mientras uno se zambulle en un «cruasán» elaborado en una cruasantería (nunca en una croissantería) o al tiempo que se degusta un carpacho (adaptación gráfica propuesta para la voz italiana carpaccio: plato de lonchas finas de carne o pescado crudos).AmericanismosEn la apretada agenda salmantina se repasarán otras grandes labores de los señores del idioma. Por ejemplo, el Diccionario Académico de Americanismos, que dirige Humberto López Morales. Se trata de un proyecto muy antiguo de la Real Academia, que fue empuñado por don Ramón Menéndez-Pidal, edificador de los pilares de la lengua desde 1901. Ficha a ficha, papeleta a papeleta, de modo estajanovista, fue acariciando datos, léxico, sintaxis, notabilísima información, durante más de tres décadas. Cuando estalló la Guerra Civil ya tenía preparados más de treinta ficheros. Pero aplazó su publicación porque se apasionó en otros grandes proyectos, como la «Gramática Histórica del Español» y los «Orígenes del Español». Hace unos meses, precisamente en la RAE, se cumplía el sueño del gran hispanista con la presentación de su «Historia de la Lengua Española», esencial para todos los hablantes.El Diccionario de Americanismo, cuyo cauce está muy encauzado, aporta de manera importantísima y notabilísima el léxico histórico hispanoamericano.Otra encomiable empresa académica es la Nueva Gramática, que se culminará a finales de 2006. Si tenemos en cuenta que la última gramática oficial se publicó en 1931 y era en realidad una reedición de la de 1917, la importancia de su publicación es incuestionable. Por vez primera se va a describir y a fijar la norma no sólo del español de España, sino del español de América. La Nueva Gramática tendrá dos versiones: una muy extensa (de referencia) y un compendio que aparecerá al mismo tiempo y que será el que se maneje habitualmente. En esta reu-nión plenaria de las Academias del español, que se prolonga hasta el miércoles, se analizarán los últimos retoques del Diccionario de la Real Academia Española, que afectan a cuestiones hispanoamericanas y se examinará, asimismo, la actualización y renovación total del Diccionario.Diccionarios esencialesAdemás de terminar de ajustar la red de colaboradores de la Academia, se revisarán dos obras esenciales para el idioma, como el Diccionario esencial de la Lengua Española, herramienta muy ágil que se ceñirá al léxico verdaderamente usado en la contemporaneidad. O el Diccionario Histórico, considerado por el Gobierno de Zapatero como un «proyecto de Estado» y al que arrimarán las 22 Academias, que ya laboran en él con el impulso que Su Majestad el Rey le ha dado a la política lingüística panhispánica. Salamanca se convierte estos días en la verdadera plaza mayor de la comunidad hispánica de la lengua española.
La Real Academia presenta el jueves el Diccionario del Estudiante y, en el otoño literario, el Panhispánico de Dudas, dos grandes proyectos culminados en colaboración con todas las Academias del español, que se reúnen desde hoy en Salamanca
ANTONIO ASTORGA
MADRID.
El español ya no deja lugar a dudas. La sala de máquinas del idioma apenas ceja y en cuestión de dos meses verán la luz dos joyas de la corona lingüística panhispánica que la RAE ha ido forjando a fuego lento: el Diccionario del Estudiante (que se presenta el próximo jueves en la sede de la Fundación Rafael del Pino, gran e imprescindible mecenas de este proyecto, en un acto presidido por los Príncipes de Asturias) y el Diccionario Panhispánico de Dudas (el conocido popularmente como «Depedé»), que llegará a las librerías a final de octubre o principios de noviembre. En lengua, como sostenía el poeta Horacio, el uso es más poderoso que los Césares. Y ese uso se podrá auscultar en formato impreso o a través de internet.Estos dos grandes proyectos sabiamente terminados y otros que se están amasando serán examinados a partir de hoy y hasta el miércoles en Salamanca, con motivo de una reunión plenaria de directores de las 22 Academias de la Lengua Española. Con este encuentro, la Real Academia Española que dirige Víctor García de la Concha pone su granito de arena a los actos de celebración del 250 aniversario de la barroca Plaza Mayor salmantina. La unamuniana ciudad universitaria, decíamos ayer, se convierte pues en la gran plaza de la unidad del idioma.De 12 a 18 añosEl Diccionario del Estudiante reúne 40.000 términos y ha sido preparado para jóvenes de 12 a 18 años de todo el ámbito hispánico. Esta herramienta incorpora no sólo el léxico de España, sino el de Hispanoamérica porque está dirigido a los estudiantes de «allá» y de «acá», de las dos orillas del español. Se trata de «tender puentes» con el léxico de los países de habla española ya que la lengua es un «patrimonio compartido».El Diccionario Panhispánico de Dudas es el proyecto más panhispánico de la RAE. Desde la propia idea original, todo se ha construido ex aequo por todas las Academias de la Lengua Española. Responde a 7.000 dudas. Se han manejado 1.600 textos de creación y 160 medios de comunicación para resolverlas.Entre esas dudas, el «Depedé», por ejemplo remite «diabetis» a diabetes y sentencia: «Enfermedad metabólica caracterizada por la excesiva secreción de orina». Es voz llana (diabétes), aunque en algunos países de América se oye a menudo con acentuación esdrújula: diábetes. Y recomienda: debe evitarse el vulgarismo «diabetis», frecuente en el habla popular.Hace un lustro, los ordenadores de la Real Academia no daban abasto. La institución abría en su página de internet (www.rae.es) una sección de consultas lingüísticas denominada «Español al día». Al instante, sus discos duros fueron asaeteados con un centenar de consultas diarias, que fue creciendo poco a poco hasta rozar el medio millar. Por correos electrónicos y por correos de carne y hueso corrían dudas y más dudas que asaltaban el edificio de la calle de Felipe IV. La Real Academia Española y las 21 Academias correspondientes se pusieron manos a la obra para elaborar un instrumento «de vanguardia y de combate». Ese es el «Depedé».Lo espurio y la libidoAsí, se enmienda la plana a los amantes del cultismo. Por ejemplo, con el término espúreo/a, que nos lleva a la correcta espurio/a y que significa falso o ilegítimo. Procede del latín «spurius» y es, pues, errónea la forma espúreo, «que escriben por ultracorrección incluso personas cultas», se dice.Leer el «Depedé» le subirá la libido (no la líbido, con acento) a más de una. Libido -deseo sexual- es un sustantivo femenino llano, como corresponde a su etimología. Es, por tanto, errónea la forma esdrújula líbido, debida al influjo del adjetivo lívido (amoratado o pálido) con el que nunca debe confundirse. Una de las voces que más consultas ha convocado es la que se refiere al clásico pantalón vaquero. ¿Se debe escribir blue jean o jean? El Diccionario Panhispánico de Dudas limpia, fija y aclara: «El pantalón de tela recia, generalmente azul, usado originariamente por los vaqueros de Texas, recibe en español los nombres de (pantalón) vaquero o (pantalón) tejano. La denominación tejano sólo se utiliza en España, junto a la de vaquero, voz usada también en varios países americanos. Aunque en muchos países, especialmente en América, se utilizan los términos ingleses jean(s) o blue jean(s), es preferible utilizar los términos propios del español o, en todo caso, las voces inglesas en las formas bluyín (plural: bluyines) o yin (plural: yins o yines)».RocanroleandoAclarado, pues: bluyín para designar a estos vaqueros que también se aclaran cuando se lavan con lejía. ¿Se puede rocanrolear enfundado en un bluyín? Por supuesto, sostiene el «Depedé»: «Aunque es voz asentada en el uso internacional con su grafía originaria, se documenta ya a ambos lados del Atlántico la adaptación rocanrol, cuyo empleo es preferible al del anglicismo crudo. De esta adaptación derivan voces como rocanrolero («intéprete de rocanrol o aficionado al rocanrol») y rocanrolear («tocar o bailar rocanrol»). Deben evitarse grafías híbridas como «rockanrolero», «rockanrollero» o «rockanrolear». El «Depedé» no es un depósito cerrado sino un observatorio atento a la evolución del español. Se preocupará de los extranjerismos que cada día irrumpen en el mundo hispanohablante y, de manera consensuada, se tratará de ofrecer una respuesta inmediata. Se procurarán normalizar los aspectos gráficos de la Lengua Española. El Panhispánico de Dudas se nutrirá de las propuestas de todas las Academias de la Lengua Española, de infinidad de obras literarias y de publicaciones de todo tipo... Y por supuesto, de las 83.500 voces del Diccionario de la Lengua Española. Todas las entradas se ordenarán alfabéticamente para facilitar su consulta. El objetivo final es construir un gran Diccionario de «certezas que diagnostique las tensiones del idioma, que no son sino las dudas». Será una obra de «vanguardia de combate». Este Diccionario es una radiografía del idioma vivo, edificado desde un observatorio privilegiado como es el español, esa lengua de andariegos e inmigrantes que creó la novela moderna. Y se puede degustar mientras uno se zambulle en un «cruasán» elaborado en una cruasantería (nunca en una croissantería) o al tiempo que se degusta un carpacho (adaptación gráfica propuesta para la voz italiana carpaccio: plato de lonchas finas de carne o pescado crudos).AmericanismosEn la apretada agenda salmantina se repasarán otras grandes labores de los señores del idioma. Por ejemplo, el Diccionario Académico de Americanismos, que dirige Humberto López Morales. Se trata de un proyecto muy antiguo de la Real Academia, que fue empuñado por don Ramón Menéndez-Pidal, edificador de los pilares de la lengua desde 1901. Ficha a ficha, papeleta a papeleta, de modo estajanovista, fue acariciando datos, léxico, sintaxis, notabilísima información, durante más de tres décadas. Cuando estalló la Guerra Civil ya tenía preparados más de treinta ficheros. Pero aplazó su publicación porque se apasionó en otros grandes proyectos, como la «Gramática Histórica del Español» y los «Orígenes del Español». Hace unos meses, precisamente en la RAE, se cumplía el sueño del gran hispanista con la presentación de su «Historia de la Lengua Española», esencial para todos los hablantes.El Diccionario de Americanismo, cuyo cauce está muy encauzado, aporta de manera importantísima y notabilísima el léxico histórico hispanoamericano.Otra encomiable empresa académica es la Nueva Gramática, que se culminará a finales de 2006. Si tenemos en cuenta que la última gramática oficial se publicó en 1931 y era en realidad una reedición de la de 1917, la importancia de su publicación es incuestionable. Por vez primera se va a describir y a fijar la norma no sólo del español de España, sino del español de América. La Nueva Gramática tendrá dos versiones: una muy extensa (de referencia) y un compendio que aparecerá al mismo tiempo y que será el que se maneje habitualmente. En esta reu-nión plenaria de las Academias del español, que se prolonga hasta el miércoles, se analizarán los últimos retoques del Diccionario de la Real Academia Española, que afectan a cuestiones hispanoamericanas y se examinará, asimismo, la actualización y renovación total del Diccionario.Diccionarios esencialesAdemás de terminar de ajustar la red de colaboradores de la Academia, se revisarán dos obras esenciales para el idioma, como el Diccionario esencial de la Lengua Española, herramienta muy ágil que se ceñirá al léxico verdaderamente usado en la contemporaneidad. O el Diccionario Histórico, considerado por el Gobierno de Zapatero como un «proyecto de Estado» y al que arrimarán las 22 Academias, que ya laboran en él con el impulso que Su Majestad el Rey le ha dado a la política lingüística panhispánica. Salamanca se convierte estos días en la verdadera plaza mayor de la comunidad hispánica de la lengua española.
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