CHIRAC ASUME CONDUCCION
LOS BARRIOS PERIFÉRICOS CONVULSIONAN FRANCIA Chirac promete restablecer el ordenEl Gobierno, sobrepasado, aumentará las fuerzas de seguridad en la ´banlieue´
Jacques Chirac compareció anoche para intentar insuflar confianza a los franceses, estupefactos por el enquistamiento de la violencia en las barriadas de las principales ciudades del país. El Gobierno se ha mostrado hasta ahora incapaz de frenar los actos de vandalismo indiscriminado, que siguen creciendo.
DESTRUCCIÓN AL ALZA Los violentos incendiaron la noche del sábado 1.295 vehículos, 554 de ellos fuera de la región de París
LLUÍS URÍA - 07/11/2005Corresponsal PARÍS"La República está absolutamente determinada a ser más fuerte que quienes quieren sembrar la violencia o el miedo. Éstos serán detenidos, juzgados y castigados". El presidente francés, Jacques Chirac, lanzó anoche un mensaje de confianza al país, tras una reunión de urgencia del Consejo de Seguridad Interior, en un intento de transmitir una imagen de firmeza y combatir la desorientación y el desánimo que se han adueñado de la ciudadanía ante la persistencia -y aún agravamiento- de la ola de violencia desatada en los barrios marginales de las aglomeraciones urbanas de toda Francia. "La prioridad absoluta es restablecer la seguridad y el orden público", reiteró el presidente de la República, a quien en las últimas horas se había reprochado su silencio. Chirac tuvo cuidado de subrayar que la actuación del Estado se enmarcará, en cualquier caso, en "el respeto de cada uno, la justicia y la igualdad de oportunidades". En la reunión del Consejo de Seguridad Interior -en la que participaron los ministros de Interior, Justicia, Defensa, Cohesión Social, Educación, Economía y Presupuesto-, se tomó la decisión de reforzar de forma inmediata el dispositivo de seguridad desplegado en las zonas afectadas por los disturbios, así como acelerar los procedimientos judiciales, con la comparecencia inmediata ante los tribunales de todos los detenidos. El primer ministro, Dominique de Villepin, detallará esta noche, en una comparecencia televisiva, algunas de las medidas adoptadas en materia de seguridad y las propuestas que piensa plantear para la mejora de las condiciones de los barrios de las periferias urbanas. Villepin insistió ayer en que, sean cuales sean los problemas, "la violencia no es la solución" e hizo un llamamiento a "la responsabilidad de todos". Por la mañana, Villepin se reunió en Matignon con responsables policiales de las fuerzas que están actuando en las zonas castigadas por la violencia y posteriormente con enseñantes que trabajan en los barrios difíciles. El primer ministro se ha comprometido a presentar un plan urgente de acción para las barriadas deprimidas antes de fin de mes. La salida de Chirac a la palestra, reclamada ayer por el primer secretario del Partido Socialista, François Hollande, y por algunos diputados del propio partido gubernamental (UMP), puede servir para calmar un poco los ánimos a condición de que empiecen a verse resultados -aunque sea tímidos- sobre el terreno. Lo cierto es que hasta el momento, y a pesar de las reiteradas protestas de firmeza y al despliegue creciente de policías antidisturbios en los barrios conflictivos -2.300 agentes con el apoyo de siete helicópteros dotados de potentes focos-, el Gobierno se ha mostrado totalmente incapaz de controlar el brote de vandalismo desatado en todo el país. La noche del sábado -la décima consecutiva de disturbios-, el número de actos de violencia urbana volvió a batir otro récord: un total de 1.295 vehículos fueron incendiados y destruidos en una sola noche en el conjunto de Francia, 741 en la región de París y 554 en provincias. La destrucción se extendió por 14 regiones: Île de France, Alta Normandía, Norte y Paso de Calais, Aquitania, Centro, Auvernia, País del Loira, Bretaña, Lorena, Alsacia, Franco Condado, Ródano-Alpes, Midi-Pirineos y Provenza-Alpes-Costa Azul. La policía detuvo a 349 personas. El ministro del Interior, Nicolas Sarkozy, admitió que había sido "una noche difícil". La policía tiene enfrente a grupos "preparados, estructurados, armados", que atacan con picos, bolas de petanca y cócteles molotov, indicó a France Press un comisario de policía. Los jóvenes se mueven en pequeños grupos muy móviles, comunicándose a través de mensajes SMS por el móvil. Según esta fuente, se estaría produciendo una cierta competencia por ver quién destruye más. La policía descubrió la noche del sábado un taller de fabricación de cócteles molotov en Evry, en la región parisina, donde se hallaron 150 botellas incendiarias y se detuvo a seis menores. El balance de los disturbios desde que se produjo el primer brote en Clichy-sous-Bois el 27 de octubre -a causa de la muerte de dos adolescentes, electrocutados cuando se ocultaron en un transformador huyendo de la policía- sobrepasa lo nunca visto: 3.500 vehículos incendiados, decena de heridos y más de 800 detenidos, 50 de ellos ya presentados ante la justicia y 20 condenados a prisión.
Jacques Chirac compareció anoche para intentar insuflar confianza a los franceses, estupefactos por el enquistamiento de la violencia en las barriadas de las principales ciudades del país. El Gobierno se ha mostrado hasta ahora incapaz de frenar los actos de vandalismo indiscriminado, que siguen creciendo.
DESTRUCCIÓN AL ALZA Los violentos incendiaron la noche del sábado 1.295 vehículos, 554 de ellos fuera de la región de París
LLUÍS URÍA - 07/11/2005Corresponsal PARÍS"La República está absolutamente determinada a ser más fuerte que quienes quieren sembrar la violencia o el miedo. Éstos serán detenidos, juzgados y castigados". El presidente francés, Jacques Chirac, lanzó anoche un mensaje de confianza al país, tras una reunión de urgencia del Consejo de Seguridad Interior, en un intento de transmitir una imagen de firmeza y combatir la desorientación y el desánimo que se han adueñado de la ciudadanía ante la persistencia -y aún agravamiento- de la ola de violencia desatada en los barrios marginales de las aglomeraciones urbanas de toda Francia. "La prioridad absoluta es restablecer la seguridad y el orden público", reiteró el presidente de la República, a quien en las últimas horas se había reprochado su silencio. Chirac tuvo cuidado de subrayar que la actuación del Estado se enmarcará, en cualquier caso, en "el respeto de cada uno, la justicia y la igualdad de oportunidades". En la reunión del Consejo de Seguridad Interior -en la que participaron los ministros de Interior, Justicia, Defensa, Cohesión Social, Educación, Economía y Presupuesto-, se tomó la decisión de reforzar de forma inmediata el dispositivo de seguridad desplegado en las zonas afectadas por los disturbios, así como acelerar los procedimientos judiciales, con la comparecencia inmediata ante los tribunales de todos los detenidos. El primer ministro, Dominique de Villepin, detallará esta noche, en una comparecencia televisiva, algunas de las medidas adoptadas en materia de seguridad y las propuestas que piensa plantear para la mejora de las condiciones de los barrios de las periferias urbanas. Villepin insistió ayer en que, sean cuales sean los problemas, "la violencia no es la solución" e hizo un llamamiento a "la responsabilidad de todos". Por la mañana, Villepin se reunió en Matignon con responsables policiales de las fuerzas que están actuando en las zonas castigadas por la violencia y posteriormente con enseñantes que trabajan en los barrios difíciles. El primer ministro se ha comprometido a presentar un plan urgente de acción para las barriadas deprimidas antes de fin de mes. La salida de Chirac a la palestra, reclamada ayer por el primer secretario del Partido Socialista, François Hollande, y por algunos diputados del propio partido gubernamental (UMP), puede servir para calmar un poco los ánimos a condición de que empiecen a verse resultados -aunque sea tímidos- sobre el terreno. Lo cierto es que hasta el momento, y a pesar de las reiteradas protestas de firmeza y al despliegue creciente de policías antidisturbios en los barrios conflictivos -2.300 agentes con el apoyo de siete helicópteros dotados de potentes focos-, el Gobierno se ha mostrado totalmente incapaz de controlar el brote de vandalismo desatado en todo el país. La noche del sábado -la décima consecutiva de disturbios-, el número de actos de violencia urbana volvió a batir otro récord: un total de 1.295 vehículos fueron incendiados y destruidos en una sola noche en el conjunto de Francia, 741 en la región de París y 554 en provincias. La destrucción se extendió por 14 regiones: Île de France, Alta Normandía, Norte y Paso de Calais, Aquitania, Centro, Auvernia, País del Loira, Bretaña, Lorena, Alsacia, Franco Condado, Ródano-Alpes, Midi-Pirineos y Provenza-Alpes-Costa Azul. La policía detuvo a 349 personas. El ministro del Interior, Nicolas Sarkozy, admitió que había sido "una noche difícil". La policía tiene enfrente a grupos "preparados, estructurados, armados", que atacan con picos, bolas de petanca y cócteles molotov, indicó a France Press un comisario de policía. Los jóvenes se mueven en pequeños grupos muy móviles, comunicándose a través de mensajes SMS por el móvil. Según esta fuente, se estaría produciendo una cierta competencia por ver quién destruye más. La policía descubrió la noche del sábado un taller de fabricación de cócteles molotov en Evry, en la región parisina, donde se hallaron 150 botellas incendiarias y se detuvo a seis menores. El balance de los disturbios desde que se produjo el primer brote en Clichy-sous-Bois el 27 de octubre -a causa de la muerte de dos adolescentes, electrocutados cuando se ocultaron en un transformador huyendo de la policía- sobrepasa lo nunca visto: 3.500 vehículos incendiados, decena de heridos y más de 800 detenidos, 50 de ellos ya presentados ante la justicia y 20 condenados a prisión.
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