ES UN BRUTO "CON FORMA HUMANA"
La aparición del navegador Mosaic (cuyos desarrolladores crearían en 1994 el Netscape) detonó la revolución. Con la nueva herramienta Internet era accesible a una mayor cantidad de personas y resultaba más fácil incorporar contenido gráfico. Y fue en el mismo 1993 cuando Filo y Yang tuvieron una idea: crear un directorio de los sitios web de aquel entonces para orientar mejor sus navegaciones personales.
Por supuesto era una iniciativa rudimentaria, en ese entonces era difícil prever el desarrollo ciberespacial, pero ya en 1994 el nombre de ese directorio sonaba en los oídos de la primera oleada de 'navegantes' de la Red de redes. Saber qué era Yahoo! era lo mismo que estar en Internet. La palabra proviene de Los Viajes de Gulliver, donde un yahoo es un "bruto con forma humana".
Según cuenta la layenda los yahoos lograron el respaldo de una especialista en organización de la información, Srinija Srinivasan. El directorio clasificó los webs al estilo de una taxonomía, usada en la biología para asignar a cada especie un reino, tipo, clase, familia, especie, variedad...
Por supuesto era una iniciativa rudimentaria, en ese entonces era difícil prever el desarrollo ciberespacial, pero ya en 1994 el nombre de ese directorio sonaba en los oídos de la primera oleada de 'navegantes' de la Red de redes. Saber qué era Yahoo! era lo mismo que estar en Internet. La palabra proviene de Los Viajes de Gulliver, donde un yahoo es un "bruto con forma humana".
Según cuenta la layenda los yahoos lograron el respaldo de una especialista en organización de la información, Srinija Srinivasan. El directorio clasificó los webs al estilo de una taxonomía, usada en la biología para asignar a cada especie un reino, tipo, clase, familia, especie, variedad...
Érase una vez Yahoo! Un directorio que revolucionó la revolución de la información creció mucho, se enriqueció, navegó la primera gran crisis ciberespacial y escogió un camino: transformarse en un bazar. Una historia relámpago...
En los tiempos del big bang ciberespacial, cuando Internet era apenas un rumor, nació el directorio Yahoo!, protagonista de una historia de película: en sólo unos pocos años la iniciativa de dos estudiantes se convirtió en una megaempresa de la economía digital, un coloso capaz de agitar mercados bursátiles y de abarcar el mundo entero.
Pero como suele ocurrir en las películas y también en la vida real, el crecimiento tiene un costo. Y desde hace un tiempo el directorio que parecía haber instaurado un estilo propio de empresa grande pero informal, comprometida con el libre acceso de usuarios, recorre el camino hacia su transformación en un bazar de compra y venta de servicios, de información, y de enlaces de Internet.
Yahoo! aún sigue siendo Yahoo!: pueden realizarse búsquedas por categorías, hay servicios que tienen alta demanda de internautas, las noticias (y las coberturas especiales) funcionan bien, y hay numerosos sitios en otros idiomas o con diversas orientaciones nacionales donde los cambios llegan más lentamente. Pero su nueva directiva ha sido clara al enunciar el objetivo primordial: quieren dinero.
Poco antes de publicar este artículo en abril de 2002 se supo que Yahoo! prepara el cobro por servicios especiales de correo (como chequear otras casillas POP), que podría transar información privada de sus usarios si estos no se apresuran a reiterar que prefieren no divulgarla, y que habrá que pagar por el acceso a juegos.
La apariencia del viejo directorio ahora es la de un sitio recargado de publicidad, al menos en su versión original en inglés.
Además hace unos meses la dirección de Yahoo! anunció que cobrará 300 dólares cada año para 'considerar' en forma expedita la inclusión de sitios en su directorio. Y esto es trascendente. Algunos analistas se preguntan, ¿qué pasará con quienes no pueden o no quieren pagar? Deben optar por el servicio gratuito de inscripción que, como muchos de quienes lo usan ya saben, es 'a la suerte' y a largo plazo.
Esto significa que el directorio será mucho mejor para quienes buscan tiendas o empresas con capacidad económica como para invertir en una estrategia de posicionamiento en Internet, pero las noticias son malas para los que quieren información pues estará sesgada por un condicionante económico. Yahoo! en un tiempo sería parecido a unas páginas amarillas o a una de esas guías de tiendas donde los que están pagan para estar, si el cobro anual se generaliza.
De acuerdo con algunas declaraciones de prensa en el caso de los sitios no comerciales el pago no será anual sino de una sola vez, aunque eso no estaba claro cuando revisamos el texto de los 'términos' de servicio incluidos en el sitio madre en inglés.
Yahoo! también comienza a vender espacio extra de correo en sus discos, lanza un servicio de búsqueda VIP que es pagado si desea visitar los resultados, coloca avisos por todas partes, y según informes de la propia empresa está en proceso de reestructuración para garantizar las ansiadas ganancias.
El estratega a cargo de estos cambios es Terry Semel, quien asumió la jefatura de la empresa hace algunos meses. Su objetivo principal es el de reducir la dependencia de los avisos publicitarios que en Internet ya no solucionan los problemas de rentabilidad, en especial los de megacorporaciones con costos elevados.
Que una compañía quiera tener ganancias no tiene nada de malo, es una ley del mercado. Pero en el caso de Yahoo! el cambio de actitud induce a la nostalgia de muchos internautas, porque pareciera abandonar la revolución de la información que ayudó a forjar en busca de la tierra presuntamente prometida de una vocación más comercial.
Para entender la trascendencia de este directorio y el origen de esa nostalgia debemos volver al principio, al big-bang ciberespacial que se produjo a comienzos de los años 90, ¡el siglo pasado!
Durante años la tecnología de Internet fue utilizada para correos y para intercambio de archivos, hasta que ese big bang de los 90 fue detonado por la aparición de la World Wide Web o Telaraña Mundial, inspirada en teorías de vinculación del conocimiento.
A comienzos de esos 90 la Telaraña era un experimento para adelantados, hasta que en 1993 apareció el primer 'navegador' de contenidos en la WWW, Mosaic. Para entonces David Filo y Jerry Yang eran estudiantes en Stanford, California.
La aparición del navegador Mosaic (cuyos desarrolladores crearían en 1994 el Netscape) detonó la revolución. Con la nueva herramienta Internet era accesible a una mayor cantidad de personas y resultaba más fácil incorporar contenido gráfico. Y fue en el mismo 1993 cuando Filo y Yang tuvieron una idea: crear un directorio de los sitios web de aquel entonces para orientar mejor sus navegaciones personales.
Por supuesto era una iniciativa rudimentaria, en ese entonces era difícil prever el desarrollo ciberespacial, pero ya en 1994 el nombre de ese directorio sonaba en los oídos de la primera oleada de 'navegantes' de la Red de redes. Saber qué era Yahoo! era lo mismo que estar en Internet. La palabra proviene de Los Viajes de Gulliver, donde un yahoo es un "bruto con forma humana".
Según cuenta la layenda los yahoos lograron el respaldo de una especialista en organización de la información, Srinija Srinivasan. El directorio clasificó los webs al estilo de una taxonomía, usada en la biología para asignar a cada especie un reino, tipo, clase, familia, especie, variedad...
El producto manejado desde los computadores de Filo y Yang, apodados Akebono y Konishiki, tuvo rápida aceptación. La clasificación ha sido emulada hasta el cansancio desde entonces y permitió que Yahoo! se convirtiera en una herramienta clave: los resultados de las búsquedas allí eran mucho más precisas y abarcaban un tema, a diferencia de los motores automáticos que, ya en 1995, producían listas y listas de archivos inútiles.
Además, Yahoo! permitía búsquedas lógicas. Una de sus cualidades fue (y aún es) que los sitios eran colocados en la clasificación por un equipo de seres humanos, lo que resultaba un alivio. Y como Internet aún no se había desbordado a si misma, el directorio de mediados de los 90 se convirtió en una fuente autorizada sobre los sitios web.
Y creció demasiado rápido. Hacia 1995 Yahoo! comenzó a transformarse en una empresa real y con el tiempo sus fundadores asumieron el papel de 'jefes' , pero llamaron a especialistas en negocios para hacerse cargo. Después de todo se trataba, y aún es así, de uno de los sitios web más visitados del mundo.
El gran capital de Yahoo! han sido sus usuarios. Los cientos de millones de visitas tenían un valor importante para los avisadores que descubrían Internet en la segunda mitad de los 90. La empresa, llamada Yahoo! Inc., comenzó a crecer con servicios en otros idiomas, secciones especiales de contenido, noticias y mucha interacción. Salió al mercado y devoró otras iniciativas, como el proveedor de sitios web gratuitos Geocities. Su correo web es uno de los más comunes en el mundo.
A fines de los 90 Yahoo! creó la 'inscripción expresa' de sitios en su directorio, que mediante un pago único garantizaba una revisión expedita por parte de sus editores, sobrepasados de sugerencias con el sistema gratuito, que tenía evidentes fallas. Muchos especialistas en posicionamiento de sitios web empresariales esperaban este servicio pagado para contar con un mecanismo más expedito y profesional de clasificación.
Ahora la transformación es insinuada de manera más definitiva con el sistema de pago anual. Ese traje de empresa comercial seguramente ganará adeptos y clientes, pero la duda es si mantendrá la fidelidad de una gran masa de internautas que podrían tener dudas sobre la honestidad de los resultados de sus búsquedas.
Si busco Inteligencia Artificial: ¿qué aparecerá allí, una empresa que vende sistemas o el sitio donde enlazan a investigaciones científicas que seguramente no pagará para ser incluido? No todos los usuarios de Internet andan en busca de tiendas, algunos quieren información, a veces información que (aunque parezca mentira a apóstoles de ciertos sistemas económicos) ni siquiera tiene valor comercial.
Es probable que Yahoo! mantenga gran parte de su base de datos, y que muchos sitios considerados indispensables, como el Comité Olímpico Internacional o IBM o la última película de moda no requieran estar pagando anualmente para figurar. Pero la tendencia es clara: apunta en dirección a la venta de sus listas de resultados.
En todo caso Yahoo! no es un actor aislado. El mercado de las herramientas de búsqueda que basó su modelo de negocios en la publicidad fue fuertemente afectado por la estampida tras la crisis '.com'. Varios servicios desaparecieron y otros orientaron su actividad directamente al comercio: dime cuánto pagas y te diré si apareces. Es decir, en vez de ser directorios de sitios web apuestan por ser listas de tiendas y empresas.
Altavista, por ejemplo, que fue otro protagonista de nuestros primeros años ciberespaciales, parece estar agonizando. Ya nadie habla de sus búsquedas, que fueron legendarias. Y en su proceso de crisis, también cobra por figurar en sus resultados.
Uno de los problemas de estos sistemas puede ser la falta de sinceridad. A menudo el navegante no es informado en forma transparente sobre el sistema que lo sirve. En ninguna categoría comercial de Yahoo! se avisa, por ejemplo, que para figurar allí hay que pagar y que eso afecta los resultados de una búsqueda, y lo mismo pasa en otros directorios o buscadores.
En un tiempo la fiebre por Yahoo! era tanta que la propaganda decía "Do you Yahoo!?", preguntando si ya te habías incorporado al grupo de usuarios de ese directorio.
Ahora alguien podría decir "Do you Google?" porque las tendencias cambian y este es el nuevo servicio ciberespacial de preferencia. Una de las virtudes que mantiene Yahoo!, por cierto, es que las búsquedas en el directorio siempre se extienden a Google cuando no encontramos lo que buscamos dentro de sus categorías, pero los resultados no están enmarcados por la coherencia de un directorio.
Después de tantos anuncios de comercialización, uno se pregunta cuánto tiempo durarán esas virtudes. ¿Llegará el momento en que algunos servicios serán considerados como gasto innecesario en medio de una estrategia de mall?
Y por cierto que en el nuevo Yahoo! no se salva ni el sexo: los sitios para adultos deberán pagar 600 dólares anuales para estar allí. Sólo apto para mayores, financieramente hablando.
En los tiempos del big bang ciberespacial, cuando Internet era apenas un rumor, nació el directorio Yahoo!, protagonista de una historia de película: en sólo unos pocos años la iniciativa de dos estudiantes se convirtió en una megaempresa de la economía digital, un coloso capaz de agitar mercados bursátiles y de abarcar el mundo entero.
Pero como suele ocurrir en las películas y también en la vida real, el crecimiento tiene un costo. Y desde hace un tiempo el directorio que parecía haber instaurado un estilo propio de empresa grande pero informal, comprometida con el libre acceso de usuarios, recorre el camino hacia su transformación en un bazar de compra y venta de servicios, de información, y de enlaces de Internet.
Yahoo! aún sigue siendo Yahoo!: pueden realizarse búsquedas por categorías, hay servicios que tienen alta demanda de internautas, las noticias (y las coberturas especiales) funcionan bien, y hay numerosos sitios en otros idiomas o con diversas orientaciones nacionales donde los cambios llegan más lentamente. Pero su nueva directiva ha sido clara al enunciar el objetivo primordial: quieren dinero.
Poco antes de publicar este artículo en abril de 2002 se supo que Yahoo! prepara el cobro por servicios especiales de correo (como chequear otras casillas POP), que podría transar información privada de sus usarios si estos no se apresuran a reiterar que prefieren no divulgarla, y que habrá que pagar por el acceso a juegos.
La apariencia del viejo directorio ahora es la de un sitio recargado de publicidad, al menos en su versión original en inglés.
Además hace unos meses la dirección de Yahoo! anunció que cobrará 300 dólares cada año para 'considerar' en forma expedita la inclusión de sitios en su directorio. Y esto es trascendente. Algunos analistas se preguntan, ¿qué pasará con quienes no pueden o no quieren pagar? Deben optar por el servicio gratuito de inscripción que, como muchos de quienes lo usan ya saben, es 'a la suerte' y a largo plazo.
Esto significa que el directorio será mucho mejor para quienes buscan tiendas o empresas con capacidad económica como para invertir en una estrategia de posicionamiento en Internet, pero las noticias son malas para los que quieren información pues estará sesgada por un condicionante económico. Yahoo! en un tiempo sería parecido a unas páginas amarillas o a una de esas guías de tiendas donde los que están pagan para estar, si el cobro anual se generaliza.
De acuerdo con algunas declaraciones de prensa en el caso de los sitios no comerciales el pago no será anual sino de una sola vez, aunque eso no estaba claro cuando revisamos el texto de los 'términos' de servicio incluidos en el sitio madre en inglés.
Yahoo! también comienza a vender espacio extra de correo en sus discos, lanza un servicio de búsqueda VIP que es pagado si desea visitar los resultados, coloca avisos por todas partes, y según informes de la propia empresa está en proceso de reestructuración para garantizar las ansiadas ganancias.
El estratega a cargo de estos cambios es Terry Semel, quien asumió la jefatura de la empresa hace algunos meses. Su objetivo principal es el de reducir la dependencia de los avisos publicitarios que en Internet ya no solucionan los problemas de rentabilidad, en especial los de megacorporaciones con costos elevados.
Que una compañía quiera tener ganancias no tiene nada de malo, es una ley del mercado. Pero en el caso de Yahoo! el cambio de actitud induce a la nostalgia de muchos internautas, porque pareciera abandonar la revolución de la información que ayudó a forjar en busca de la tierra presuntamente prometida de una vocación más comercial.
Para entender la trascendencia de este directorio y el origen de esa nostalgia debemos volver al principio, al big-bang ciberespacial que se produjo a comienzos de los años 90, ¡el siglo pasado!
Durante años la tecnología de Internet fue utilizada para correos y para intercambio de archivos, hasta que ese big bang de los 90 fue detonado por la aparición de la World Wide Web o Telaraña Mundial, inspirada en teorías de vinculación del conocimiento.
A comienzos de esos 90 la Telaraña era un experimento para adelantados, hasta que en 1993 apareció el primer 'navegador' de contenidos en la WWW, Mosaic. Para entonces David Filo y Jerry Yang eran estudiantes en Stanford, California.
La aparición del navegador Mosaic (cuyos desarrolladores crearían en 1994 el Netscape) detonó la revolución. Con la nueva herramienta Internet era accesible a una mayor cantidad de personas y resultaba más fácil incorporar contenido gráfico. Y fue en el mismo 1993 cuando Filo y Yang tuvieron una idea: crear un directorio de los sitios web de aquel entonces para orientar mejor sus navegaciones personales.
Por supuesto era una iniciativa rudimentaria, en ese entonces era difícil prever el desarrollo ciberespacial, pero ya en 1994 el nombre de ese directorio sonaba en los oídos de la primera oleada de 'navegantes' de la Red de redes. Saber qué era Yahoo! era lo mismo que estar en Internet. La palabra proviene de Los Viajes de Gulliver, donde un yahoo es un "bruto con forma humana".
Según cuenta la layenda los yahoos lograron el respaldo de una especialista en organización de la información, Srinija Srinivasan. El directorio clasificó los webs al estilo de una taxonomía, usada en la biología para asignar a cada especie un reino, tipo, clase, familia, especie, variedad...
El producto manejado desde los computadores de Filo y Yang, apodados Akebono y Konishiki, tuvo rápida aceptación. La clasificación ha sido emulada hasta el cansancio desde entonces y permitió que Yahoo! se convirtiera en una herramienta clave: los resultados de las búsquedas allí eran mucho más precisas y abarcaban un tema, a diferencia de los motores automáticos que, ya en 1995, producían listas y listas de archivos inútiles.
Además, Yahoo! permitía búsquedas lógicas. Una de sus cualidades fue (y aún es) que los sitios eran colocados en la clasificación por un equipo de seres humanos, lo que resultaba un alivio. Y como Internet aún no se había desbordado a si misma, el directorio de mediados de los 90 se convirtió en una fuente autorizada sobre los sitios web.
Y creció demasiado rápido. Hacia 1995 Yahoo! comenzó a transformarse en una empresa real y con el tiempo sus fundadores asumieron el papel de 'jefes' , pero llamaron a especialistas en negocios para hacerse cargo. Después de todo se trataba, y aún es así, de uno de los sitios web más visitados del mundo.
El gran capital de Yahoo! han sido sus usuarios. Los cientos de millones de visitas tenían un valor importante para los avisadores que descubrían Internet en la segunda mitad de los 90. La empresa, llamada Yahoo! Inc., comenzó a crecer con servicios en otros idiomas, secciones especiales de contenido, noticias y mucha interacción. Salió al mercado y devoró otras iniciativas, como el proveedor de sitios web gratuitos Geocities. Su correo web es uno de los más comunes en el mundo.
A fines de los 90 Yahoo! creó la 'inscripción expresa' de sitios en su directorio, que mediante un pago único garantizaba una revisión expedita por parte de sus editores, sobrepasados de sugerencias con el sistema gratuito, que tenía evidentes fallas. Muchos especialistas en posicionamiento de sitios web empresariales esperaban este servicio pagado para contar con un mecanismo más expedito y profesional de clasificación.
Ahora la transformación es insinuada de manera más definitiva con el sistema de pago anual. Ese traje de empresa comercial seguramente ganará adeptos y clientes, pero la duda es si mantendrá la fidelidad de una gran masa de internautas que podrían tener dudas sobre la honestidad de los resultados de sus búsquedas.
Si busco Inteligencia Artificial: ¿qué aparecerá allí, una empresa que vende sistemas o el sitio donde enlazan a investigaciones científicas que seguramente no pagará para ser incluido? No todos los usuarios de Internet andan en busca de tiendas, algunos quieren información, a veces información que (aunque parezca mentira a apóstoles de ciertos sistemas económicos) ni siquiera tiene valor comercial.
Es probable que Yahoo! mantenga gran parte de su base de datos, y que muchos sitios considerados indispensables, como el Comité Olímpico Internacional o IBM o la última película de moda no requieran estar pagando anualmente para figurar. Pero la tendencia es clara: apunta en dirección a la venta de sus listas de resultados.
En todo caso Yahoo! no es un actor aislado. El mercado de las herramientas de búsqueda que basó su modelo de negocios en la publicidad fue fuertemente afectado por la estampida tras la crisis '.com'. Varios servicios desaparecieron y otros orientaron su actividad directamente al comercio: dime cuánto pagas y te diré si apareces. Es decir, en vez de ser directorios de sitios web apuestan por ser listas de tiendas y empresas.
Altavista, por ejemplo, que fue otro protagonista de nuestros primeros años ciberespaciales, parece estar agonizando. Ya nadie habla de sus búsquedas, que fueron legendarias. Y en su proceso de crisis, también cobra por figurar en sus resultados.
Uno de los problemas de estos sistemas puede ser la falta de sinceridad. A menudo el navegante no es informado en forma transparente sobre el sistema que lo sirve. En ninguna categoría comercial de Yahoo! se avisa, por ejemplo, que para figurar allí hay que pagar y que eso afecta los resultados de una búsqueda, y lo mismo pasa en otros directorios o buscadores.
En un tiempo la fiebre por Yahoo! era tanta que la propaganda decía "Do you Yahoo!?", preguntando si ya te habías incorporado al grupo de usuarios de ese directorio.
Ahora alguien podría decir "Do you Google?" porque las tendencias cambian y este es el nuevo servicio ciberespacial de preferencia. Una de las virtudes que mantiene Yahoo!, por cierto, es que las búsquedas en el directorio siempre se extienden a Google cuando no encontramos lo que buscamos dentro de sus categorías, pero los resultados no están enmarcados por la coherencia de un directorio.
Después de tantos anuncios de comercialización, uno se pregunta cuánto tiempo durarán esas virtudes. ¿Llegará el momento en que algunos servicios serán considerados como gasto innecesario en medio de una estrategia de mall?
Y por cierto que en el nuevo Yahoo! no se salva ni el sexo: los sitios para adultos deberán pagar 600 dólares anuales para estar allí. Sólo apto para mayores, financieramente hablando.
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