jueves, noviembre 22, 2007

EL REY

Pedro Gandolfo Reyes y reyezuelos
El Mercurio

Los reyes de hoy ya no gobiernan. Lo saben ellos y lo sabemos nosotros. No pueden, por eso mismo, hacer callar a otro, carecen de poder para silenciar. Cuando a un rey de antes le disgustaba lo que uno de sus súbditos decía, con un ligero gesto suyo, nada más, esa persona se callaba, a lo menos.
Pero el rey de España no es un “rey” de ésos, no es rey en sentido estricto; es —para decirlo de frentón— un rey de cartón piedra, un señor simpático, bonachón y llano, que ha convenido con los españoles a jugar a ser rey, a cambio de una serie de privilegios y beneficios. No estoy en condiciones ni me corresponde juzgar si ello vale la pena (me inclino a pensar que sí), pero puedo entender que se trata de un juego y del papel que corresponde en este teatro a cada cual.
En este rol, “los reyes” de hoy son guirnaldas, figuras decorativas y simbólicas. No tienen súbditos verdaderos y se parecen bastante a ese personaje patético de “El principito” que sólo podía dar “órdenes razonables”, es decir, órdenes que siempre y necesariamente son acatadas, como mandar al sol que se pusiese a la hora precisa. La orden de callar no es en absoluto una de aquellas órdenes (¡qué difícil es lograr que alguien se calle!), y prueba de ello es que nuestro Chávez, aunque nos parezca grosero, prepotente y desagradable, ha seguido hablando, hablando y hablando, mientras “el rey”, después de su humana indignación, ha debido guardar silencio; ha debido volver a ocupar su modesto papel en la obra. Es que no es rey, y ahora, luego de su salida de madre, debe procurar reacomodarse la máscara otra vez y continuar con la función.
Los reyes de antes, los de verdad, tenían bufones; algunas democracias de hoy tienen reyes. El Presidente de Venezuela, que hace tantos esfuerzos por convertirse en rey (o reyezuelo más bien), es un aparente bufón, pero que manda de veras (lo cual lo convierte en peligroso) y, en consecuencia, sí es capaz de hacer callar a sus opositores (la no renovación de una concesión televisiva, meses atrás, es un caso flagrante).
La curiosa asimetría de ambos personajes me recuerda la cita de Octavio Paz: “Hispanoamérica fue una España sin España”. Y Sarmiento lo dijo de una manera admirable: los gobiernos hispanoamericanos fueron los “ejecutores testamentarios de Felipe II. Un feudalismo disfrazado de liberalismo burgués, un absolutismo sin monarca, pero con reyezuelos: los señores presidentes. Así se inició el reino de la máscara, el imperio de la mentira”.
Babies R Us Coupon
Babies R Us Coupon