La 3era VIA...

Zapatero y Blair
LA VANGUARDIA de Barcelona - 28/07/2005

Si se atiende exclusivamente a los respectivos ciclos electorales, es evidente que el primer ministro británico, Tony Blair, y el presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, son dos de los líderes europeos que gozan de horizontes políticos más despejados. El inglés, porque resultó elegido para un tercer mandato el pasado mes de mayo y el español porque, en principio, no debe comparecer ante las urnas hasta la primavera del 2008 y porque, aunque las estadísticas estén para romperlas, a ningún presidente de gobierno español se le ha negado la primera reelección desde la recuperación de la democracia. Además, al menos en comparación con sus colegas de Francia, Alemania e Italia, los dos son jóvenes - Blair tiene 52 años y Zapatero cumplirá 45 el próximo jueves- y están al frente de economías con respetables tasas de crecimiento, de nuevo si se las compara con las del resto de Europa. Ambos comparten también una característica bastante menos amable, la de regir los destinos de dos países especialmente castigados por el terrorismo, primero el del IRA y el de ETA y, en la actualidad, el inspirado por el radicalismo islamista, con las tragedias del 11 de marzo del 2004 en Madrid y del pasado 7 de julio en Londres. Como no podía ser de otra manera, su encuentro de ayer transcurrió en una atmósfera de gran cordialidad, pese a que sus posiciones en relación a la guerra de Iraq difícilmente pueden ser más distintas. Sin embargo, eso no fue óbice para que la alianza de civilizaciones defendida por el presidente español hace unos meses ante la asamblea general de Naciones Unidas y objeto de ridículo en determinados ambientes recibiera el significativo espaldarazo del premier británico. Por otra parte, la coyuntura política y el flagelo terrorista provocan curiosas simetrías entre ambos países; las polémicas declaraciones del presidente del Tribunal Supremo español sobre el "tirar a matar" de Scotland Yard han tenido un considerable seguimiento en el Reino Unido. Especialmente en el campo de la política económica y, de alguna manera, también en el campo de la política europea, hay más cosas que unen a los gobiernos de Zapatero y Blair que las que los separan. Ambos son partidarios de llevar a cabo la agenda de Lisboa y ayer volvieron a insistir en la urgencia de que Europa avance en el proceso de reformas para ser más competitiva en un mundo crecientemente globalizado. No es anecdótico que en los dos últimos años un gran banco británico haya absorbido un banco mediano español y un gran banco español haya absorbido un banco mediano británico sin mayores traumas, lo que contrasta con lo ocurrido en otros pagos. Quizás convenga hablar menos de supuestos ejes diplomáticos y más de asuntos más prosaicos.