¿Mar por Gas?

¿Mar por Gas? ¿Cobre por Altiplano? ¿Penicilina por empanadas? ¿Atún por tango?

Son preguntas capciosas en el siglo XXI, el de la Sociedad de la Información. La Globalización consiste en no cambiar las fronteras – en Europa los países mediterráneos nunca pensaron en transformarse en marítimos -, y si en reducir las burocracias nacionales e internacionales dotándolas de mayor eficacia y eficiencia, como de aumentar la calidad de vida y los estándares materiales del Grupo Humano Sudamericano. De eso se trata, de eso hay que preguntarse. Intercambio y crecimiento para reducir los márgenes insuficientes de redistribución de las riquezas materiales e intelectuales de la gente sin cambiar los perfiles fronterizos ni etnicos.
Así será mejor, energía por educación y capacitación para todos.