CUADRA RENUNCIA A LA DIEGO PORTALES

Carta de Cuadra a los académicos: "El futuro inmediato confirmará mi inocencia"
Fuente :La Segunda Internet
Tras presentar su renuncia, el ex rector leyó a los académicos una carta en que señala que "Quería mirarlos a los ojos y decirles personalmente algunas cosas", agrega que "no fui oído, no se me dejó probar, fui condenado sin más" y asegura que "el futuro inmediato confirmará mi inocencia".En la carta expresa que ha preferido "no ser referencia de división y sacrificar mi posición en la esperanza de que la Universidad retorne rápido a su normalidad y culmine bien su año académico y los procesos de admisión y presupuesto. Muchas veces he demostrado mi compromiso con el proyecto académico e institucional de la UDP y en esta, más que nunca, quiero subordinar mis legítimos intereses personales al bien común de la Universidad. Espero que esto sea así valorado y reconocido, sin mezquindades. Estoy, además, muy cansado y necesito paz.Sobre los hechos por los que he sido cuestionado, ocurridos hace 20 años y fuera del ámbito universitario, el futuro inmediato confirmará mi inocencia, como debía presumirse y no se hizo. Tengo mis razones para haber guardado silencio. Saben ya ustedes, espero, qué he dicho de mis responsabilidades política, moral y jurídica. No me parece del caso, en este momento, insistir sobre ello"."No fui oído, no se me dejó probar, fui condenado sin más"Luego señala que quiere enfatizar tres cosas:" Primero, una opinión muy personal sobre los últimos días de esta comunidad. No tengo rencor para quienes me enfrentaron. Respeto su libertad de opinión y expresión. Sólo hago una objeción al procedimiento seguido, que sin embargo es pura sustancia. No recibí, solamente, la cortesía debida entre personas de una comunidad. Es que, en verdad, no fui oído, no se me dejó probar, fui condenado sin más. En otras palabras no tuve derechos. Valores y principios declarados en nuestras aulas fueron en mi caso inaplicados, sobrepasados, violentados. Soy profesor en esta comunidad desde 1983 y recién ahora, en las últimas semanas, algunos se dieron cuenta que yo existía entre ustedes. La descarga de las culpas sobre un inocente se ha hecho como exige el rito. Eso muestra la sobrevivencia de lo antiguo en nuestra comunidad. Sin ser culpable cargo con la culpa colectiva en medio de clamores de venganza y de la búsqueda de purificación a través del sacrificio de uno de sus miembros. Como académico del Centro Interdisciplinario de Estudios Clásicos nada debería maravillarme.Espero que ese ruido no ensordezca el silencio de la sensatez que –sé, me consta- domina en la mayoría de nosotros. Hay entre nosotros, es cierto, una sensatez silenciosa. Apelo a esa moderación, que es fruto de la reflexión, de la objetividad y del sentido común y le pido que ejerza su voz y participe activamente en la Universidad e impida que otra vez lo antiguo impere. Que nunca más esto ocurra. Porque nada menos universitario, queridos profesores, que la tacha y el anatema. Las universidades, que nacieron en las ciudades, fueron fuente de civilidad en el sentido tan propio de vivir con el otro en el respeto de su libertad e identidad y de tolerar la diversidad y la complejidad que así se forman y enriquecen a las sociedades que a nadie excluyen. En la civitas -no sólo en la universitas- cualquier moralismo y su látigo pronto arriesgan fariseismo y violencia, pues el orden de los que así se justifican y condenan al otro se reduce, al final, a una simple medición del otro que aleja la racionalidad serena -esa que observa, duda, analiza y comprende- y bloquea siquiera la posibilidad de regeneración."El abuso humano es el mismo"Quiero expresar a ustedes, en segundo lugar, algo muy personal. En esta encrucijada dolorosa, siento que –quizás- el temor, la angustia, la impotencia y el cerco de discriminación y exclusión que he sentido en estos días, por el trato que he recibido, pudieran ser espejo lejano pero hiriente del sufrimiento injusto que muchos padecieron durante el Gobierno del que fui funcionario hace dos décadas. Cambian los nombres y las circunstancias, pero el abuso humano es el mismo. Ante todo ello deseo sanación. Tengo derecho a la memoria y derecho a revisar la historia y mi historia con la mirada superior que dan los años y la experiencia. Tengo, como todos, también a mi edad, derecho al significado de mi vida y a la restauración e inclusión en las comunidades en que me desenvuelvo''''.Finalmente Cuadra agradece "a todos el trabajo hecho para mejorar la Universidad en estos años en que he coordinado su actividad. La universidad que entrego es mejor que la que recibí, en modelo formativo, en investigación, en extensión, en calidad y perfeccionamiento académicos, y en infraestructura, equipamiento y servicios'''' y pidió especialmente a los profesores, "que colaboren en forma activa con las nuevas autoridades centrales a controlar el daño causado a la imagen de la UDP y a reponer su buena percepción general. Continúen su trabajo diario con el sentido estratégico que hemos definido en lo académico, lo institucional y lo económico. Cuiden, sobre todo, que el espíritu de libertad y pluralidad de la UDP sea realmente vivido, con fluidez, naturalidad y consecuencia, y, sobre todo, que nunca más nadie de esta comunidad sea expuesto a la inhumana condición que yo he padecido".