ABORTOS SIN FRONTERA

Abortos sin control
LA VANGUARDIA - 28/12/2005 La Vanguardia de Barcelona

Un recurso siempre traumático, la interrupción voluntaria del embarazo, que en principio debería adoptarse en circunstancias verdaderamente extraordinarias, aumenta alarmantemente en nuestro país, según revelan los datos del Ministerio de Sanidad y Consumo. En el año 2004, casi 85.000 mujeres decidieron en España someterse a un aborto inducido, lo que representa un 6,5% más respecto al año anterior. Poco más de una cuarta parte de esas mujeres contaba entre 20 y 24 años, el grupo de edad en el que se registran más casos (15,4) por cada mil mujeres. Para acabar con esta triste estadística, cabe recordar que la tasa general por cada mil mujeres - edades comprendidas entre los 15 y 44 años- se elevó a 8,94 casos, que asciende hasta los 10,6 casos en el segmento de edad comprendido entre los 15 y los 20 años (más de 12.000 adolescentes). Con independencia de los planteamientos éticos y religiosos, y sin en absoluto prejuzgar los comportamientos individuales, parece evidente que la normativa legal se ha convertido en un coladero, puesto que en los motivos aducidos para recurrir al aborto casi el 97% de los casos corresponde al riesgo de la salud materna. Razones mucho más específicas, como la malformación del feto o embarazos provocados por una violación, resultan estadísticamente insignificantes. Vaya por delante que la prohibición pura y dura, como en épocas ya superadas, no es una respuesta plausible. Como ya sucedía antes, pero ahora en mayor medida gracias a la Europa sin fronteras, la interrupción voluntaria del embarazo estaría claramente discriminada en función de la renta. Dicho esto, es evidente que algo está fallando, que el fallo es abrumador y que no basta con apuntar a lo obvio; una inadecuada información sexual (utilizar el adjetivo insuficiente suena a sarcasmo). Más que información, puede que lo que falte es responsabilidad para asumir las consecuencias de los propios actos, una responsabilidad que ni de lejos se agota o es exclusiva de las mujeres que escogen esa opción. Compañeros, padres y la sociedad entera deben - debemos- hacer algo más, y algo distinto, para aliviar esta tragedia.