martes, abril 04, 2006

LEO BASSI

ENTREVISTA a Leo Bassi, autor teatral "Sólo los poderes débiles tienen miedo a la crítica"
TEATRO E IGLESIA"Mi teatro es mi iglesia, el templo de la experimentación"

OSCURANTISTAS"Los que me atacan son oscurantistas, no saben del libre mercado"

BERNARDO GUTIÉRREZ - 04/04/2006 La Vanguardia de Barcelona
Río de Janeiro. Servicio especial En la iglesia positivista de Río de Janeiro no se idolatra a ningún dios. Apenas al ser humano. Una grandísima imagen de la Virgen de la Humanidad con una frase de Dante preside el templo. Bustos de filósofos, científicos y escritores flanquean los laterales: Aristóteles, Descartes, Gutenberg y Auguste Comte, fundador de esta iglesia positivista basada en el raciocinio. Leo Bassi, que es miembro honorífico de la congregación, visita el templo en un paréntesis de su gira brasileña, dos semanas después de que el arzobispo de Toledo arremetiese contra él por su obra La revelación, y poco antes de regresar a España e iniciar una gira con esta pieza. - Parece que se siente mejor en esta iglesia que en otro lugar… - Para mí representa el mundo de Jules Verne, de lo racional. La palabra positivista es mucho más bonita que ateo. El positivismo encuentra el lado bueno de las cosas. Me reconforta mucho saber que hay una iglesia tan diferente, donde, entre otros, se venera a Voltaire. - ¿Cómo analiza desde la distancia los ataques a su obra La revelación, las amenazas, la bomba...? - El PP, desde que está en la oposición, juega con fuego, creando una sensación de desequilibrio, de país que cae en el abismo, de juicio final. Ha dado luz verde a ciertos colectivos radicales. No aceptan la más mínima crítica. En la edad media, cuanto más criticaba el bufón al rey, más prestigio le daba. Significaba que eran tan sabios que podían aceptar esas críticas. Sólo los poderes débiles tienen miedo a la crítica. - El espectáculo ha catalizado el clima de crispación español. - Absolutamente. Pero es una obra racional. Desmonta el fundamento del monoteísmo y del cristianismo en particular. Cuestiona lo sagrado, pero con mi estilo: pido al público que renuncie a la Iglesia. Esa es mi motivación, que pierdan la fe. - Primero, amenazas. Luego, intentaron quemar el teatro. Unos ultraderechistas agredieron a espectadores. Después, el intento de atentado. ¿Cree que está todo orquestado? - Viene del clima casi bélico de la derecha. ¿Qué habría sucedido si la bomba la hubiese puesto un ateo en una iglesia? Pues que sepan que para mí, mi teatro es mi iglesia, el templo de la experimentación. - ¿Le parece un grave atentado contra la libertad de expresión? - Sí, pero yo prefiero decir que es un atentado contra el libre mercado. Mi obra es una iniciativa privada. La gente consume un producto. Es un atentado contra el capitalismo. Los que me atacan son oscurantistas, no saben del libre mercado. - Le han criticado porque presuntamente no ataca al islam. - La misión de la obra es atea, laica. Ataca al monoteísmo. Nadie me ha dicho que mis críticas sean malas. Son precisas. Quiero devolver al laico el orgullo. Respeto los ritos religiosos, pero que los hagan en sus iglesias. Hay un espacio público laico, neutro. La divinidad es un asunto privado. Vamos para atrás. Ha vuelto el espíritu de la Reconquista, la altivez contra los moros. - Ahora va con guardaespaldas. ¿Ha llegado a sentir miedo al subir al escenario? - Claro, puede salir un loco con una pistola. Pero esta gente no sabe con quién lucha. No saben que soy totalmente sincero en lo que digo. Soy un idealista. Me veo luchando contra las fuerzas del mal. No lo hago por dinero o prestigio, sino porque estoy convencido de que es importante para la humanidad. - ¿Se ha perdido el papel del bufón? - Los cómicos hoy en día son chicos guapos, actores que también trabajan en anuncios de Coca-Cola. Traicionan el papel profundo de la comicidad: poner en duda nuestros valores, el conformismo imperante. - ¿Hay algún episodio familiar que le haya marcado intensamente? - Dos que tienen que ver con la Iglesia. El primero sucedió en un mal momento del circo de mi abuelo. En un pueblo de la Bretaña francesa el cura dijo en la misa que eran demonios y los fieles salieron a apedrearles. Por otro lado, cuando yo tenía 11 años, en Inglaterra, un tipo se me presentó como el cura del circo. Al decirle que mi padre era payaso me respondió que los payasos eran malos, que mis padres vivían en pecado. Lloré sin entender nada. - ¿Cómo se siente cuando la derecha le reprocha su condición de extranjero y le insinúa que se vaya? - Me dicen que me vaya a mi casa. Pero yo no tengo casa. En España soy extranjero, en Inglaterra soy extranjero, en Italia soy extranjero. La gente de circo somos siempre extranjeros. Soy nómada.
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