domingo, agosto 19, 2007

CRISIS INMOBILIARIA EN USA


Economia
EE. UU. choca con el ladrillo
19.08.07 -
MERCEDES GALLEGO
foto: Aspecto del interior de la Bolsa de Nueva York al final de la jornada del pasado jueves. / JUSTIN LANE-EFE
Stockton, California. 'Zona cero' de la crisis del mercado inmobiliario de Estados Unidos, acuciada por el descalabro de las hipotecas de alto riesgo, que ha arrastrado a grandes fondos de inversión europeos y obligado a los bancos de centrales de medio mundo a inyectar casi 300.000 millones de euros para evitar una debacle financiera. Los jardines verdes de las urbanizaciones residenciales irradian paz. Demasiada. La pista clave es la repetición de un cartel a lo largo de la avenida Clark Fork Circle: 'For sale' (en venta). En algunos casos, la señal de madera clavada en el césped se vuelve más acuciante: '¿Propiedad del banco! ¿Nueva rebaja!'.Hasta hace poco, esta ciudad a 145 kilómetros de San Francisco hacía realidad el sueño americano de la clase media del Silicom Valley que no podía permitirse los precios del área de la Bahía de San Francisco. Se montaban en el coche, cogían la autopista y conducían hacia el interior en busca de un mercado sin explotar hasta dar con Stockton, esta bonita localidad de 285.000 habitantes que hoy tiene el índice de hogares confiscados por la banca más alto de todo el país.Se estima que uno de cada cuatro estadounidenses no podrá seguir haciendo frente este año a los pagos de su hipoteca. El precio oficial del dinero comenzó a trepar a mediados del 2004 tras permanecer un año en el 1%. Desde junio del pasado ejercicio está en el 5,25%. La galopante escalada de las cuotas para financiar la vivienda se ve aumentada en cuatro o cinco puntos en las llamadas hipotecas de alto riesgo ('subprime'), las que otorgan firmas especializadas a clientes con mal historial crediticio que son rechazados por los bancos tradicionales.Precios a la bajaA cambio del préstamo que nadie más le concedería, no solo pagan un precio muy alto en el recibo de cada mes, sino también en su vida el día en el que ya no pueden con ellos -sus penalizaciones por retrasos en los pagos son espectaculares-. Esos préstamos, que en ocasiones financiaban hasta el 100% del precio del piso, son los que pusieron la ciudad en el mapa.Saltar del barco no es fácil. Hasta el alcalde, Edward Chávez, tiene dos viviendas en el mercado que no ha logrado colocar. Por cada recibo impagado los intereses se multiplican y los carteles de 'For sale' se acumulan en la avenida Clarks Fork Circle. Las estadísticas dicen que en el Valle Central de California, con Sacramento como capital, los precios bajaron el pasado ejercicio el 8,2%, la caída más alta de todas las zonas metropolitanas de Estados Unidos, según un informe de la firma de analistas Global Insight. En Stockton, donde hasta entonces subían el 20% al año, a estas alturas están retrocediendo a un ritmo de entre el 10% y el 12%, calculó para 'The New York Times' el agente inmobiliario Art Godi, que fue presidente de la Asociación Nacional de Agentes Inmobiliarios.Según esta asociación, la venta de casas ha retrocedido el 10,8% en un ejercicio. Su coste también, pero solo un modesto 1,5%. Patrick Newport, de Global Insight, no deja de observar que la Asociación Nacional de Agentes Inmobiliarios es parte interesada del negocio. Por ello prefiere referirse a otros índices, como el Case-Shiller, de Standard & Poor's, que actualiza mensualmente los datos de 20 ciudades. «Los precios se han reducido en 16 de ellas durante cinco meses consecutivos y conforme pasa el tiempo se suman más a la lista, lo que quiere decir que en medio año esa tendencia afectará a casi todas ellas», explica. Con un volumen «tan grande» como el existente de pisos en venta que cada vez es más difícil colocar, «tienen que caer a la fuerza», añade.En los datos de la asociación no se incluyen los muchos incentivos que los propietarios están dando a los compradores para cerrar las operaciones: desde poner un tejado nuevo a aceptar pagos aplazados. Esta baza tiene un papel más destacado en el caso de las viviendas nuevas, ya que los contratistas tienen más flexibilidad y más prisa en recuperar el dinero invertido. Pese a su disponibilidad, es este sector el que más ha caído, dada la amplia oferta que había dejado la fiebre inmobiliaria de los últimos años. También son los constructores los que más rápido han recogido velas para irse con la música a otra parte. Los datos que el Departamento de Comercio publicó el jueves revelan que el comienzo de la edificación de pisos bajó el 6,1% en julio. Su ritmo anual fue el menor desde 1997 tras haberse desplomado el 21% en doce meses.Para Newman, este es un momento «terrible para estar en este mercado si eres un inversor o estás especulando». Por su parte, Yun espera que las cifras oficiales de precios y ventas correspondientes a julio, aún por salir, «volverán a ser blandas». Además -analiza como si leyera las estrellas-, el viento de la macroeconomía sopla a favor: la tasa de paro es baja (4,6%), la inflación está controlada (2,2%) y la actividad crece a un ritmo sostenido (3,4%). De hecho, cree que este es el mejor momento para comprar una vivienda porque «con tanto inventario, hay una buena selección». Contexto favorableNo es de extrañar que, en esas aguas turbulentas en las que nadie puede predecir con certeza, la marea de Wall Street haya tenido esta semana a los inversores en continuo ir y venir. Un mareo al que tendrán que acostumbrarse porque la Reserva Federal no parece dispuesta a recortar el precio oficial del dinero, como pide a gritos el sector inmobiliario. El viernes abarató medio punto el que presta a los bancos. Las bolsas lo agradecieron. Pero la era de los créditos fáciles ya es historia.
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