sábado, octubre 20, 2007

BENEDICTO XVI y BACHELET


El testimonio de la Presidenta, agnóstica, tras sus 39 minutos con el líder del catolicismo: "Fue una experiencia muy emocionante"
El Mercurio,
La Presidenta se tomó más de cinco minutos para explicarle al Pontífice el significado de la Fiesta de Cuasimodo, reflejada en la artesanía en madera que le obsequió junto a libros de iglesias chilenas.
La audiencia se prolongó más allá de lo usual, mezcló el idioma español y el alemán, y transcurrió en un ambiente muy cordial.
BERNARDITA MARINO, Enviada especial
A las 11.00 de la mañana, las nubes presagiaban una intensa lluvia. Y fue bajo ese amenazante cielo italiano que la Presidenta Michelle Bachelet llegó hasta la Ciudad del Vaticano para concretar su esperada cita -que se extendió por 39 minutos- con el Papa Benedicto XVI.Como reza el estricto protocolo del Vaticano, en el patio de San Dámaso, 12 guardias suizos, la banda instrumental y el jefe de protocolo de la Santa Sede, monseñor Michael Harvey, recibieron a la Jefa de Estado. A paso lento y escoltada por los gentilhombres del Santo Padre, la Mandataria tomó un ascensor y subió hasta el segundo piso de la Casa Pontificia.El mármol del pasillo de la logia de Rafael fue testigo del nerviosismo de la Presidenta, quien caminaba seguida de toda su comitiva en el más estricto de los silencios.Cuando el reloj de oro marcaba las 11:06 del día, Joseph Ratzinger abrió las puertas de su biblioteca privada, salió hasta la sala del Tronatto -que en sus muros laterales exhibe enormes cuadros de San Pedro y San Pablo pintados por Rafael- y, con los brazos abiertos, tomó las manos de Bachelet, las que estrechó por 15 segundos.Saludo en alemánLa emoción de la Presidenta era evidente, y eso se reflejó en el saludo con el Sumo Pontífice. El perfecto alemán de una elocuente Bachelet sorprendió a Benedicto XVI, quien, en su tradicional estilo, sólo se limitó a sonreír, mientras caminaban juntos hasta el escritorio de la biblioteca -sobre el cual tenía una hoja con antecedentes de Chile-, mientras tres sacerdotes se preocupaban de desalojar la imponente y alba habitación.Aunque comenzaron hablando ambos en alemán, la Presidenta más tarde confidenció que en el diálogo, ella habló en español y él en idioma germano y que pese a ello, no fue necesario el sacerdote traductor que estaba preparado, pues ambos se entendieron sin problemas.Pese a su condición de agnóstica, el rostro de Bachelet tras el encuentro era de satisfacción. Y esto fue no sólo de lado chileno, ya que altas fuentes vaticanas comentaron que el Santo Padre había catalogado la reunión como "estupenda".Durante los 39 minutos que estuvieron solos, conversaron sobre la política social, la familia y la preocupación de ambos por la delincuencia y la drogadicción, sobre todo juvenil. También dedicaron varios minutos a charlar sobre la variada delegación de Bachelet para la visita, poniendo especial hincapié en la sorpresiva presencia de su hija menor, Sofía.Condición de agnósticaY aunque en todo momento del privado encuentro ella expuso ante el Papa su condición de agnóstica, le confidenció lo relevante que es para ella poder mostrarles a sus hijos "todos los credos" para que ellos elijan.La Jefa de Estado también tuvo un momento para recordar a importantes figuras del mundo católico que han sido claves en la historia de Chile. "He recordado al cardenal Silva Henríquez, lo importante que fue en nuestro desarrollo y en la lucha por la paz y la libertad, pero también el rol fundamental de la Iglesia Católica y el rol que Juan Pablo II jugaron para que Chile y Argentina pudieran resolver en paz sus conflictos".Repitiendo en varias ocasiones la palabra "emoción" y "sintonía" a la hora de describir el encuentro, la gobernante reiteró la idea del pacto social -relevando el rol de la Iglesia Católica-, y señaló que existe coincidencia "con el Papa en que lo importante verdaderamente son esos valores (de la familia) que están detrás y por lo tanto él observa en Chile que se está construyendo una sociedad donde todo ese tema es muy importante".A las 11:45 horas, Benedicto XVI tocó el timbre, señal de que la reunión había terminado. En ese momento, la delegación completa ingresó hasta la biblioteca. Bachelet y Ratzinger ya no estaban sentados en el escritorio papal, sino que se habían movido unos 30 metros para recibir al resto de la delegación. Presentaciones protocolares, bendiciones y regalos fueron protagonistas de la distendida pero ceremoniosa última parte del encuentro, donde todos respiraron tranquilos y con sensación de éxito, bajo el cielo de Roma, donde ya había salido el sol.
Babies R Us Coupon
Babies R Us Coupon