TONGOY Y ESPIR AGUAD, UN EMPRESARIO PARA IMITAR

Realiza parrilladas gratuitas a las que asisten más de cuatro mil personas Espir Aguad, el misterioso hombre que regala asados en Tongoy

Domingo 19 de febrero de 2006
Foto: Eduardo Vargas
Don Espir es dueño del exclusivo resort Santa Martina.

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Foto: El Día de La serena
Sus asados convocan a todo el pueblo e incluso a turistas.
"Las colas de espera son larguísimas"
El asado que por 38 años lleva realizando Don Espir ya es toda una tradición. Y tan grande se ha hecho su convocatoria que debe contar con el apoyo de Carabineros, Bomberos y el puerto de Tongoy. El teniente Manuel Caroca comenta que siempre están listos para velar por la seguridad de las personas, "que esperan con ansias que llegue el día del asado. La localidad está muy satisfecha, aunque las colas que se hacen son larguísimas".Larry Tapia, de la Capitanía de Puerto, coincide en que esta actividad une a la gente. "Es un día muy especial y lo mejor es que esto es algo sano. Sin duda que los más agradecidos son los bomberos, porque Don Espir se ha convertido en una ayuda importante para su cuartel".
El empresario lleva casi cuarenta años con esta actividad y no quiere revelar por qué lo hace. El pueblo lo alaba y le llaman el "Robin Hood" de la Cuarta Región.
Carolina Reyes

Con un acento cantadito, que delata los años que residió en Perú, Espir Aguad demuestra que está tranquilo y conforme con su vida. No confiesa su edad, pero si decenas de historias que advierten el largo camino que ha recorrido y en especial una de ellas, que lo ha convertido en una verdadera leyenda del balneario de Tongoy.Porque después de pasar por Lima y Estados Unidos, se vino a Chile, país donde nació y que cobijó a sus padres palestinos. Y fue en sus primeros veraneos por la costa chilena, hace casi cuarenta años, que descubrió la localidad de la Cuarta Región. "Me enamoré de sus playas, de sus mariscos, de su gente, por eso no los abandoné nunca más", cuenta con voz firme.Y es así como cada mes de febrero se encarga de revolucionar la zona, llegando al sector cargado de carnes, bebidas y abrazos para sus invitados. La última vez fue el pasado martes y llegaron más de cuatro mil personas a verlo.Aunque no es muy amigo de difundir las cosas que hace, este dueño del exclusivo resort Santa Martina, explica que tiene un motivo para tal extravagante idea. "Los que tienen más se deben acercar de una vez por todas a aquellos que no tienen", argumenta.-¿Por qué hacer un asado tan grande en Tongoy?-Porque su playa es extraordinaria y de gente sencilla. En compensación del gusto que me dio estar ahí hice mi promesa de ayudar a esa gente.-¿Y qué prometió?-Ah, eso no se lo puedo decir, es un secreto que llevaré conmigo, pero que está relacionado con el pueblo.-Dicen que usted dejó hijos por ahí y que lo salvaron de ahogarse.-Ja, ja, esos son mitos, historias que inventa la gente. Pero no es por nada de eso.-Más de alguna anécdota habrá vivido-Sí.Un año quise servir vino en el asado y llevé muchas garrafas, pero fue un escándalo tremendo, ja, ja, así que ahora sólo se toma bebida.-¿Qué le parece que se reúnan tantas personas?-Es algo extraordinario, yo me emociono mucho al ver la pobreza de este lugar y por eso la sonrisa de un niño compensa todo el sacrificio que uno pudiera hacer.-¿Usted también pasó por momentos difíciles?-Claro. Yo no tenía la situación que tengo en estos momentos. Sufrí hambre, frío y discriminación. Cómo quisiera yo que esto le sirviera a los empresarios y capitalistas de Chile para que se atrevan a ayudar.-Que se conviertan en Robin Hood, como le dicen a usted.-Ja, ja. La verdad es que la gente me llama así y me siento halagado, pero lo que me interesa es que nos preocupemos por aquellos que pasan meses sin probar un pedazo de carne.-¿Qué imagen cree que tienen de usted?-A veces siento que me miran como si fuera inalcanzable. Eso no me gusta. Quiero que sepan que soy normal, como todos, no quiero que piensen que no tengo sentimientos. Lo que pasa es que en Chile se ha creado una imagen que insiste en que los empresarios son así y eso no es verdad, yo tengo mi corazón.