CAMBIO DE GABINETE

Allamand (RN): "Se ha producido una erosión, una desviación y una perversión de la forma correcta de gobernar"
Senador reclama que "hoy se gobierna para la galería, pensando en los efectos electorales, con sordera, incompetencia y completa irresponsabilidad política".Lapidario, señala que los "ministros no dan el ancho" que el cambio de gabinete es "inevitable" y que la Presidenta debería "nombrar a Germán Correa en Transportes".
Por María José O'Shea C. La Segunda

No se cansa de repetir que no es el candidato en las sombras y que no está en su "horizonte mental" competir por La Moneda el 2009. Pero, quiéralo o no, el senador RN Andrés Allamand, es una de las cartas de su partido para la presidencial.Todavía como outsider de la contienda -posición que le acomoda- su diagnóstico de la situación política del país es la que nunca quisiera oír un paciente. "Aún más profunda que la crisis del Transantiago, queda en evidencia que ha hecho crisis la forma de gobernar de la Concertación. Se ha producido con el tiempo una erosión, una desviación y, finalmente, una perversión de la forma correcta y razonable de gobernar y de impulsar políticas públicas". Estructurado, Allamand tiene apuntado en su clásico block de hojas amarillas las "cuatro causas" que a su juicio han llevado a esta crisis que él detecta. "El primer punto es que se gobierna para la galería, una ideología del engaño en que se hacen anuncios para obtener efectos electorales. El segundo, es la sordera en que uno no sabe si los miembros del gobierno están sumidos en la arrogancia o el autismo porque en todos estos casos se les advirtió lo que iba a ocurrir. Específicamente en el Transantiago, el senador Jovino Novoa (UDI) en diciembre hizo ver todos los problemas que se iban a producir con los trasbordos, el hacinamiento, el mal diseño de los recorridos, la falta de buses, los déficit de infraestructura, pero igual el proyecto siguió adelante. Lo tercero es la incompetencia, las cosas se hacen generalizadamente mal y el caso del nombramiento de la directora de Chiledeportes va a quedar como un clásico. Y la última, que para mí es el que en parte explica todo esto, es la completa irresponsabilidad política".-¿Se refiere a que nadie asume responsabilidad de los errores?-El gobierno se las arregla para que nunca haya una persona que responda por lo que ocurre. En este desastre del Transantiago, quiénes se equivocaron, dónde se cometieron los errores, cuáles fueron los procesos incorrectos.... Si los niveles de incompetencia que hoy existen en este cuarto gobierno de la Concertación se dieran en el mundo privado, los responsables habrían perdido sus pegas hace mucho rato. Pero aquí ocurre lo contrario: siempre se encuentra la manera de deslindar la responsabilidad y se le blinda. Cualquier persona de la Concertación lo puede hacer pésimo, pero no importa, porque por razones políticas va a ser objeto de un blindaje.-¿Como pasó ayer con el ministro de Transportes, Sergio Espejo?-Sí y este no es un tema personal. Conozco a Espejo, tengo una muy buena impresión de él, pero su gestión ha sido pésima. Es increíble que todos lo feliciten por dar la cara, ¡es su obligación! Lo último que faltaría es que los responsables se escondieran. -¿Cómo se enfrenta esta crisis?- En el caso del Transantiago, el equipo completo de transportes está técnica y políticamente desfondado, hay que reemplazarlo. Si sabían lo que iba a pasar, hay que echarlos por una torpeza que es limítrofe con la estupidez. Si no sabían, también tienen que irse porque demostraron un desconocimiento completo de lo que estaban haciendo. Y, si la decisión de implementar el plan escapó a la órbita de Transportes, como se insinúa, también se tienen que ir porque tienen un ministro en las sombras. -¿Qué debiera hacer Bachelet?- Si fuera Presidente, nombraría a Germán Correa a cargo del tema.-Pero dicen que ellos no tienen buenas relaciones... -Eso no estaba en mi disco duro. El tuvo el coraje de advertir en el gobierno anterior lo que iba a ocurrir y por eso mismo lo desplazaron, pero es una persona que conoce el tema y que tiene los pantalones para manejar una crisis de esta naturaleza. Yo lo nombraría ministro de Transportes. Volver a la «vieja guardia»: "No funciona" -Eso en lo específico del Transantiago, pero ¿cómo se enfrenta esta crisis en la forma de gobernar que Ud. ve?- En el tema de fondo lo que se requiere es un enorme esfuerzo de liderazgo de la Presidenta. Yo la veo más como una víctima de la situación que como la gran culpable.-¿Por qué?-Porque está teniendo que resolver problemas de arrastre, que tienen una envergadura mucho mayor que lo que parecen. Ella tiene que hacer un cambio radical en la forma de gobernar, que parte por sincerar la situación. Se necesita una segunda cartilla a sus ministros, pero que esta vez la cumplan. -¿No hay que cambiar al gabinete?- El cambio de gabinete es inevitable. Es evidente que muchos ministros no dan el ancho, tiene que hacer un ajuste. Pero, además, hay que reencauzar la forma de gobernar.- El PS Ricardo Núñez planteó el regreso de la «vieja guardia» concertacionista. ¿Es una solución?-Eso es como si un equipo que está con peligro de descender, para salvarse planteara que la solución es traer a los cracks de hace dos décadas. Eso, garantizado, no funciona."El gobierno trata de hacer cómplice a la oposición de los descalabros"-¿Qué puede ganar la gente que usa el Transantiago con la acusación constitucional contra Espejo que anunció la Alianza?-La gente exige que la oposición haga efectivas las responsabilidades políticas. El punto no es qué gana la gente, sino que para que el sistema político funcione, las autoridades tienen que saber que no pueden impunemente faltar a sus obligaciones.-Pero hoy lo que se requieren son soluciones y la acusación para eso no sirve, igual que un cambio de gabinete...-A estas alturas, la verdadera solución de muchos de los problemas es un cambio de gobierno, pero para eso hay que esperar tres años. La Alianza ha hecho muchas propuestas, pero el gobierno no oye. Tiene una estrategia comunicacional en que, cuando se siente fuerte, actúa sin preguntarle a nadie, pero cuando se siente débil, desesperadamente empieza a buscar culpables en todas partes. Y entonces se acuerda de la oposición, pero no para seguir sus planteamientos, sino porque intenta hacerla cómplice de su propia responsabilidad en los descalabros que ellos han generado.