lunes, junio 04, 2007

JUDIOS Y GENTILES

Judíos y gentiles juntos
Un estudio de Romanos 15

Por Michael Morrison

En romanos 15, Pablo completa el tema de cómo los cristianos que son fuertes en la fe, deben ayudar a aquellos cuya fe es débil. Él recuerda a sus lectores que Dios está llamando a los gentiles a la salvación, y que son el enfoque del ministerio de Pablo. Él comparte su plan para visitar Jerusalén con una ofrenda de los gentiles para dársela a los creyentes judíos.
El fuerte debe ayudar el débil
En el capítulo 14, Pablo explicó que los cristianos que son fuertes en la fe, creen que todo es limpio y por lo tanto puede comerse. Aquellos que son débiles en la fe son cautos sobre su dieta y observan ciertos días como especiales. Esta diferencia de opinión era un problema serio en las iglesias romanas, lo que motivó a Pablo tomar una porción considerable de su carta para tratar ese tema. Los cristianos cautos no deben condenar a los más permisivos, y aquellos que se sientan libres no deben ser causa para que el débil peque presionándolo a hacer cosas que su conciencia no permite todavía.
Los fuertes en la fe debemos apoyar a los débiles, en vez de hacer lo que nos agrada. (15:1). Las personas que están seguras de su salvación en Cristo necesitan ser tolerantes de los errores doctrinales que otros tienen. Su fe ya es débil; nosotros no debemos desafiarlos más de lo que puedan tolerar. Pablo enseñó que todas las comidas son limpias, pero él a veces refrenó su libertad (1 Corintios 8:13; 9:20).
Pablo entonces da un principio general: Cada uno debe agradar al prójimo para su bien, con el fin de edificarlo. (v. 2). Él usa a Jesucristo como el modelo que nosotros debemos seguir: Porque Cristo no se agradó asimismo. Pablo se apoya citando el Salmo 69:9, un salmo mesiánico: Como está escrito: “los insultos de aquellos que lo te insultan han caído en mí” (v. 3). Cristo estaba deseoso de aceptar la persecución, así que el fuerte debe estar deseoso de aceptar un poco de inconvenientes.
Algunas personas podrían preguntarse por qué Pablo está usando el Antiguo Testamento. Él ya lo había usado docenas de veces, pero ahora explica: De hecho, todo lo que se escribió en el pasado se escribió para enseñarnos, a fin de que, alentados por las Escrituras, perseveremos en mantener nuestra esperanza. (v. 4).
Pablo separa dos lecciones que podemos deducir del Antiguo Testamento: la paciencia y el estímulo. Necesitamos soportar las dificultades, y Dios es fiel a nosotros.
Gentiles que alaban a Dios
Pablo incluye una breve oración: Que el Dios que infunde aliento y perseverancia les conceda vivir juntos en armonía, conforme al ejemplo de Cristo Jesús, para que con un solo corazón y a una sola voz glorifiquen al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo. (vv. 5-6). Es decir, puede Dios darnos la actitud de servicio que lleve a rendir culto juntos.
Pablo concluye: Por tanto, acéptense mutuamente, así como Cristo los aceptó a ustedes para gloria de Dios. (v. 7). Así como Jesús se despojó de sus privilegios para servirnos, nosotros debemos estar deseosos en dejar alguno de los nuestros, para que las personas alaben a Dios. La conciliación con Dios debe llevarnos hacia la conciliación con otras personas.
Les digo que Cristo se hizo servidor de los judíos para demostrar la fidelidad de Dios, a fin de confirmar las promesas hechas a los patriarcas. (15:8). Pablo menciona esto debido a la situación en Roma: Él está pidiendo al fuerte (principalmente los gentiles) refrenar su libertad para con el débil (principalmente los judíos). Él empieza a defender su ministerio a los gentiles.
¿Por qué Cristo sirvió a los judíos? Pablo explica: Les digo que Cristo se hizo servidor de los judíos para demostrar la fidelidad de Dios, a fin de confirmar las promesas hechas a los patriarcas, y para que los gentiles glorifiquen a Dios por su compasión, como está escrito: "Por eso te alabaré entre las naciones; cantaré himnos a tu nombre". (vv. 8-9).
Sólo a través de Cristo se puede perdonar y por ello se pueden recibir las bendiciones patriarcales. Pero el propósito de Cristo se extiende también más allá de los descendientes físicos de Abraham. El quiere traer a los gentiles a la gloria de Dios.
Pablo ahora presenta una serie de profecías del Antiguo Testamento sobre Gentiles que se unen a los judíos para rendir culto a Dios. Él empieza con el Salmo 18:49: Por consiguiente yo lo alabaré entre los gentiles; yo cantaré los himnos a su nombre. Entonces él mueve a los gentiles a que respondan a las buenas noticias: Regocíjense, ustedes gentiles, con su pueblo (Romanos 15:10; Deuteronomio 32:43).
Entonces los Gentiles se unen en la alabanza: Alaben al Señor, todos ustedes gentiles, y canten alabanzas a él, todos ustedes pueblo (v. 11; Salmos117:1).
Pablo concluye citando Isaías 11:10, mostrando que las alabanza vienen a través de las naciones aceptando al Mesías, el descendiente de David e Isaí: A su vez, Isaías afirma: "Brotará la raíz de Isaí, el que se levantará para gobernar a las naciones; en él los pueblos pondrán su esperanza". (v. 12).
Entonces Pablo da otra oración corta, una bendición para los creyentes de todas partes: Que el Dios de la esperanza los llene de toda alegría y paz a ustedes que creen en él, para que rebosen de esperanza por el poder del Espíritu Santo (v. 13). A través de la fe en Cristo, nosotros tenemos una enorme esperanza.
El ministerio de Pablo a los gentiles
Con tacto, Pablo explica por qué escribió a la iglesia romana: Por mi parte, hermanos míos, estoy seguro de que ustedes mismos rebosan de bondad, abundan en conocimiento y están capacitados para instruirse unos a otros Sin embargo, les he escrito con mucha franqueza sobre algunos asuntos, como para refrescarles la memoria. Me he atrevido a hacerlo por causa de la gracia que Dios me dio para ser ministro de Cristo Jesús a los gentiles. Yo tengo el deber sacerdotal de proclamar el evangelio de Dios, a fin de que los gentiles lleguen a ser una ofrenda aceptable a Dios, santificada por el Espíritu Santo. (vv 14-16). Desde que Cristo señaló a Pablo para servir a los Gentiles, se sentía que podía recordarles los principios básicos cristianos que pudiera ayudar a tratar con las diferencias doctrinales que ellos tenían.
Yo tengo el deber sacerdotal de proclamar el evangelio de Dios, a fin de que los gentiles lleguen a ser una ofrenda aceptable a Dios, santificada por el Espíritu Santo. (v. 16). Pablo usa términos especiales aquí para llamar a su misión un trabajo de culto. Él es celoso en esta misión: Por consiguiente yo me glorío en Cristo Jesús en mi servicio a Dios. Por tanto, mi servicio a Dios es para mí motivo de orgullo en Cristo Jesús. No me atreveré a hablar de nada sino de lo que Cristo ha hecho por medio de mí para que los gentiles lleguen a obedecer a Dios. Lo ha hecho con palabras y obras, (Romanos 15:17-18). Pablo está dando crédito a Dios, no a él.
Los resultados del ministerio de Pablo pueden verse en el hecho que los gentiles están obedeciendo a Dios. Esto no significa que guarden la circuncisión, las leyes de comida o sábados. Los gentiles son considerados obedientes sin guardar tales leyes.
¿Cómo Cristo ha logrado este resultado a través de Pablo? Por el poder de señales y maravillas, a través del poder del Espíritu de Dios (v. 19). Aunque en Hechos se describen varios milagros hechos a través de Pablo, Pablo raramente los menciona. Sus lectores lo siguieron a él no por los milagros, sino en humildad y en perdurables dificultades.
Así que, habiendo comenzado en Jerusalén, he completado la proclamación del evangelio de Cristo por todas partes, hasta la región de Iliria [Albania moderna], yo he proclamado el evangelio de Cristo totalmente (v. 19). Pablo no predicó en cada ciudad, pero en cada sitio donde predicó, proclamó todo el evangelio. Predicó en pocas ciudades, y después de que él se fue, sus creyentes podrían tomar el evangelio para llevarlo a los pueblos circundantes.
En efecto, mi propósito ha sido predicar el evangelio donde Cristo no sea conocido, para no edificar sobre fundamento ajeno. (v. 20). En algún punto de su vida Pablo decidió que su misión era ir a nuevas áreas.
Él vio en su trabajo como un cumplimiento de Isaías 52:15: “como está escrito: Los que nunca habían recibido noticia de él, lo verán; y entenderán los que no habían oído hablar de él. "Este trabajo es lo que muchas veces me ha impedido ir a visitarlos”. (vv. 21-22). Este versículo no se aplica a cada misionero, pero describe lo que Pablo estuvo haciendo.
Aunque Pablo había querido visitar Roma más antes, había una necesidad mayor para predicar el evangelio en Asia Menor y Grecia. Ahora, Pablo pone la mirada más lejos hacia el oeste en España y que le dará una oportunidad de visitar Roma. Pero él tenía una misión más importante que hacer primero.
Los planes de viaje de Pablo
Las escrituras griegas mencionaban a menudo el viaje que el escritor planeaba, y esta carta también lo hace. Pablo empieza con una exageración casi cómica: Pero ahora que ya no me queda un lugar dónde trabajar en estas regiones, y como desde hace muchos años anhelo verlos, tengo planes de visitarlos cuando vaya rumbo a España. Espero que, después de que haya disfrutado de la compañía de ustedes por algún tiempo, me ayuden a continuar el viaje. (vv 23-24).
Pablo nunca viviría el tiempo suficiente para llevar el evangelio a todo el imperio, así que quiso hacer un gran salto hacia el oeste. Él no sólo decidió ir a Roma, también invitó a que apoyen su misión. Quizás incluso para proveerse con algunos asistentes.
Pero otros planes eran más inmediatos, las iglesias en Grecia estaban enviando una ofrenda a los creyentes en Judea. Pablo les había instado a que lo hicieran, porque él sentía que era muy importante enviar esta muestra de unidad de los gentiles a los judíos. Por ahora, voy a Jerusalén para llevar ayuda a los hermanos, ya que Macedonia y Acaya tuvieron a bien hacer una colecta para los hermanos pobres de Jerusalén. Lo hicieron de buena voluntad, aunque en realidad era su obligación hacerlo. Porque si los gentiles han participado de las bendiciones espirituales de los judíos, están en deuda con ellos para servirles con las bendiciones materiales. (vv. 25-27).
Los cristianos griegos tenían una deuda que pagar. ¿Pero qué podían hacer los cristianos romanos? Era demasiado tarde para ellos en participar de la ofrenda que se enviaba a Jerusalén. Pablo está indicando que los cristianos gentiles en Roma deben ayudar a los cristianos judíos en Roma. Pablo quiere paz entre los judíos y gentiles, en donde se encuentren; sea en Roma o en Jerusalén.
Así que, una vez que yo haya cumplido esta tarea y entregado en sus manos este fruto, saldré para España y de paso los visitaré a ustedes. Sé que, cuando los visite, iré con la abundante bendición de Cristo. (vv. 28-29). Pablo vio esta ofrenda como un símbolo de fruto espiritual producido por el evangelio dado a los gentiles.
El mensaje que él quiso enviar a la iglesia de Jerusalén era este: "Vean cuantos gentiles están alabando a Dios ahora, debido a la misión que ustedes empezaron. Ellos están agradecidos que su Mesías también es Mesías de ellos, y como las Escrituras predijeron (Isa. 60:5; 66:20), ellos están enviando las ofrendas a Jerusalén como los primeros frutos que se ofrece para santificar el resto de la cosecha de los gentiles".
Pablo estaba seguro que después de que él había entregado esta ofrenda, Cristo bendeciría su misión en Roma y España. Él les pide que lo ayuden en su misión difícil, orando por él: Les ruego, hermanos, por nuestro Señor Jesucristo y por el amor del Espíritu, que se unan conmigo en esta lucha y que oren a Dios por mí. Pídanle que me libre de caer en manos de los incrédulos que están en Judea, y que los hermanos de Jerusalén reciban bien la ayuda que les llevo. (vv 30-31).
Como en Hechos 21 confirma, la parte más peligrosa del viaje no era el viaje en sí, sino los judíos desobedientes (un contraste irónico del gentil obediente). Pablo no asumió que los creyentes se alegrarían de verlo, incluso, dijo en la oración, que acepten la ofrenda que él estaba trayendo. Algunos no quisieron aceptar el hecho que los gentiles estén ahora en la familia de fe.
Y después de la ofrenda, Pablo quiso orar por ellos; De este modo, por la voluntad de Dios, llegaré a ustedes con alegría y podré descansar entre ustedes por algún tiempo. El Dios de paz sea con todos ustedes. Amén. (vv 32-33). Pablo concluye con una bendición de paz que las iglesias romanas necesitaban. Él dice "amén", pero no se despide todavía.
Preguntas para dialogar
· ¿Qué situaciones o costumbres debilitan la fe del cristiano el día de hoy, y de qué manera nosotros debemos llevarnos con eso? (v. 1)
· ¿Cómo nos animan las escrituras del Antiguo Testamento? (v. 4)
· En el versículo 7, Pablo usa a Cristo como un modelo que nosotros debemos seguir. ¿Hay aspectos de Jesús que nosotros no debemos seguir?
· ¿Nosotros "inundamos" con la esperanza cuándo confiamos en Cristo? (v. 13)
· ¿Cuán bien enseñamos unos a otros? (v. 14)
· Si la evangelización es un deber sacerdotal (v. 16), ¿se aplica a todo cristiano?
· ¿Debemos ayudar a los misioneros que están en camino a otra región? (v. 24)
· ¿Nos obligan a que compartamos las bendiciones materiales con los judíos, o nosotros debemos compartir con algún otro grupo? (v. 27)
· ¿Oramos por los misioneros en las áreas de alto riesgo? (v. 31)
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