CUBA-ESPANA
El ex embajador español en Cuba pide al Gobierno abandonar su complacencia con Castro e incentivar a la disidencia
Jesús Gracia Aldaz, que fue embajador de España en Cuba entre 2001 y 2004, cree que la actual política de complacencia del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero hacia la isla permite al régimen ganar espacio y mantener su rumbo, cuando lo que hace falta es 'incentivar' a los que luchan por sus libertades y por el futuro de una vida sin Fidel Castro en democracia y en libertad. Agencias/ 'El Gobierno español debería abandonar su posición de complacencia con la actual dirigencia cubana y apoyar inequívocamente a las fuerzas que trabajan por la democracia y las libertades en Cuba', afirma el diplomático en un documento titulado 'La isla suspendida', publicado por la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES), del ex presidente del Gobierno José María Aznar.Gracia considera una 'obligación' de las democracias occidentales respaldar a los cubanos que luchan por sus libertades para que el futuro lo decidan ellos mismos y para que ese futuro les permita transitar pacíficamente hacia la democracia. 'La complacencia de España sólo crea en los dirigentes el espejismo de que pueden seguir en el poder con políticas ligeramente maquilladas', precisa.En este sentido, el que fuera embajador de España en La Habana durante el anterior gobierno de Aznar recuerda que la revolución ha seguido su curso, aprovechando en unos casos las restricciones al comercio y a los viajes 'como coartada de sus desmanes', y en otros sacando ventaja de las políticas dialogantes y complacientes 'para ganar espacio y mantener su rumbo'.TRANSICION SI, SUCESION NOPor eso, el diplomático subraya la necesidad de facilitar desde el exterior un entorno favorable al cambio, hacer de la transición y no de la sucesión la salida natural de Cuba, para lo cual cree que es imprescindible incentivar a quienes propugnen cosas tan elementales como el respeto a los Derechos Humanos, a las libertades públicas o a la capacidad de iniciativa de los ciudadanos cubanos.Gracia explica que 15 meses después del traspaso de poderes de Fidel Castro a su hermano Raúl, el régimen no ha dado señales de cambio y aumenta su dependencia de los petrodólares venezolanos. Pero cree que la desaparición de Fidel puede abrir una oportunidad para que Cuba avance hacia una mayor apertura económica y hacia un régimen de libertades y democracia, 'como ansían los cubanos'.En otro momento, subraya la importancia de que los cambios vengan 'de dentro' ya que, según dice, nadie desde fuera es capaz de llevar a cabo lo que sólo los cubanos deben hacer, decidir sobre su futuro. 'Es el Gobierno cubano quien debe dar los pasos para incorporar a sus ciudadanos al debate sobre su futuro, a los del exilio, a los emigrantes, a los de la isla y, cómo no, a los disidentes', destaca.Para Gracia, es 'muy difícil' pensar que Raúl Castro tome un curso político distinto del de Fidel, 'aunque quisiera hacerlo'. Además, considera que hoy día el sistema comunista no puede reformarse, sino como mucho adoptar medidas que le permitan sobrevivir. 'Se necesita algo más que una modesta reforma agraria o una mejora de la gerencia de las empresas estatales', indica.La clave para fomentar el cambio en Cuba, según el diplomático, es 'incentivar' a los disidentes, hacer llamamientos a la reconciliación y el perdón, y abandonar los discursos 'huecos'. En concreto, se hace eco de una propuesta de FAES sobre un 'fondo internacional para la libertad' que ofrece a los cubanos oportunidades de emprender negocios, invertir en infraestructura y financiar programas sociales.CHAVEZ ES UN 'PELIGRO' PARA EL FUTURO DE CUBA'La idea de crear un fondo empresarial para Cuba tiene la virtud de ofrecer a los cubanos una alternativa viable de futuro, alejada de la influencia de Venezuela. No hay mayor peligro para los cubanos que el que, tras 50 años de dictadura comunista, su futuro dependa de nuevo de las veleidades de un caudillo populista', advierte Gracia, en referencia al mandatario venezolano, Hugo Chávez.Así, insiste en que podrían facilitar el camino para el cambio la presión de las generaciones de jóvenes cubanos y el convencimiento de que una salida democrática es posible, apoyados por una posición de firmeza internacional a la hora de exigir a Cuba el respeto de los Derechos Humanos así como la apertura de un diálogo genuino entre todos los cubanos.Respecto a la política de Estados Unidos hacia Cuba, el embajador recuerda que una de las demandas más repetidas de los cubanos de dentro y fuera de la isla es la facilitación de los viajes, ya que las actuales restricciones 'posiblemente privan de algunos dólares' al Gobierno cubano pero impiden a muchos cubanos estar en contacto con sus familias tener una relación más estrecha con estadounidenses.'Como siempre, en un régimen tan cerrado como el cubano las especulaciones están abiertas. Habrá que ver si, efectivamente, éstas y otras propuestas democratizadoras tienen eco en el interior del sistema o son, como en ocasiones anteriores, fuegos de artificio para que todo siga igual. En cualquier caso, es una obligación respaldar a los cubanos que luchan por sus libertades', concluyó.Fuente: CUBAMATINAL.COM
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