CUPULA DE HIERRO
Israel sólo quiere la «guerra» con Hamás
El Gobierno Olmert rechaza el alto el fuego propuesto por el partido islamista y dice que su única salida es aceptar los principios del Cuarteto
24.12.07 -
LAURA L. CARO
El primer ministro israelí, Ehud Olmert, volvió ayer a hablar de «guerra» para referirse al estado de las relaciones con Hamás y descartar cualquier tipo de acuerdo de alto el fuego con la organización que desde el pasado junio controla en solitario la franja de Gaza. Olmert respondía así a una vaga oferta de tregua lanzada ayer por la mañana desde el partido islamista, y lo hacía el mismo día en que el Consejo de Ministros israelí aprobaba una inversión de 144 millones de euros para poner en marcha un sistema denominado 'Cúpula de hierro', que en dos años será capaz de detectar y derribar en vuelo los cohetes Qassam disparados desde Gaza antes de que impacten en territorio judío. «Las operaciones contra los grupos terroristas continuarán muchos meses como hasta ahora. No hay otra manera de explicar lo que está pasando: se libra una auténtica guerra entre el Ejército y esos grupos», advertía en alusión a Hamás, pero también a Yihad Islámica, el jefe del Ejecutivo hebreo. Que también desmintió todos los rumores acerca de supuestas conversaciones secretas con Hamás para alcanzar una paz provisional al subrayar que Israel «no tiene interés en negociar con aquellos que se niegan a aceptar los principios básicos del Cuarteto», en referencia a las demandas de EE UU, la UE, la ONU y Rusia de que los islamistas abandonen definitivamente la violencia y reconozcan al Estado judío. «Nos aseguraremos de evitar una crisis humanitaria que pueda perjudicar a los civiles no envueltos en el terrorismo. Esta política requiere paciencia, pero la guerra seguirá», insistía el primer ministro, empeñado en propagar la idea de un conflicto armado simétrico entre Israel -que sólo en la última semana ha matado a una veintena de palestinos con sus operaciones sistemáticas- y las bandas que lanzan los Qassam, que desde el comienzo de la Intifada en 2000 se han cobrado en total la vida de siete ciudadanos judíos. De acuerdo con fuentes oficiales israelíes, la tímida propuesta de tregua articulada ayer por los islamistas era reveladora, una vez más, de la debilidad que ya acusa Hamás tras meses de feroz embargo en la Franja e intensivos ataques militares, por lo que la estrategia elegida por Tel Aviv será mantener la presión «en vista del hundimiento de ese régimen». Máxime cuando faltan menos de dos semanas para la visita oficial al país de George W. Bush -cuya Administración incluye a Hamás en la lista de grupos terroristas-, y el proceso de paz impulsado en Anápolis, que ha excluido expresamente a los islamistas, se reanuda hoy con una segunda ronda con los palestinos moderados de Al-Fatah. En concreto, en declaraciones a la agencia palestina Maan, el depuesto primer ministro de Hamás, Ismail Hanniya, y su asesor político, Ahmed Yussef, formulaban ayer por separado una borrosa proposición de alto el fuego. En ella aseguraban que el partido «podría estar dispuesto» a detener el disparo de cohetes si Israel cumplía por su parte un triple compromiso: levantar el asedio a la Franja, abrir los pasos fronterizos y poner fin a la crisis humanitaria. «No rechazamos ser condescendientes si eso sirve para conseguir la retirada del boicot sobre Gaza -indicaba Yussef-, pero, en cualquier caso, no puede ser una condescendencia a cambio de nada». En tanto este mensaje era lanzado y desestimado casi en el acto por Ehud Olmert, Hamás procedía en Gaza a la detención bajo acusaciones de traición de tres palestinos sospechosos de colaborar con Israel. De acuerdo con el portavoz del brazo armado del partido islamista, las Brigadas de Azzedin al Qassam, a los detenidos se les incautaron fotografías de miembros de Yihad Islámica asesinados por el Ejército hebreo la pasada semana, y se cree que últimamente se encontraban espiando a un miembro de Hamás involucrado en el secuestro del soldado judío Gilad Shalit, capturado por la organización en junio de 2006. Por otro lado, en Israel volvieron ayer a surgir anuncios confusos sobre la ampliación de las colonias en territorio ocupado más cercanas a Jerusalén. El ministro de Estado, Rafi Eitán, aseguró que los Presupuestos de 2008 contienen partidas para construir 240 nuevos apartamentos en el gran asentamiento de Maalé Adumin y 500 en Har Homa, aparte de los 307 ya anunciados a principios de mes. Olmert ya tuvo que desmentir la pasada semana un avance de este tipo realizado por otro miembro de su gabinete, Zeev Boim. Con vistas a los contactos de hoy en el marco del proceso de Anápolis, un portavoz del presidente palestino Mahmud Abbas sentenció que Israel «no puede simultanear paz y asentamientos».
El Gobierno Olmert rechaza el alto el fuego propuesto por el partido islamista y dice que su única salida es aceptar los principios del Cuarteto
24.12.07 -
LAURA L. CARO
El primer ministro israelí, Ehud Olmert, volvió ayer a hablar de «guerra» para referirse al estado de las relaciones con Hamás y descartar cualquier tipo de acuerdo de alto el fuego con la organización que desde el pasado junio controla en solitario la franja de Gaza. Olmert respondía así a una vaga oferta de tregua lanzada ayer por la mañana desde el partido islamista, y lo hacía el mismo día en que el Consejo de Ministros israelí aprobaba una inversión de 144 millones de euros para poner en marcha un sistema denominado 'Cúpula de hierro', que en dos años será capaz de detectar y derribar en vuelo los cohetes Qassam disparados desde Gaza antes de que impacten en territorio judío. «Las operaciones contra los grupos terroristas continuarán muchos meses como hasta ahora. No hay otra manera de explicar lo que está pasando: se libra una auténtica guerra entre el Ejército y esos grupos», advertía en alusión a Hamás, pero también a Yihad Islámica, el jefe del Ejecutivo hebreo. Que también desmintió todos los rumores acerca de supuestas conversaciones secretas con Hamás para alcanzar una paz provisional al subrayar que Israel «no tiene interés en negociar con aquellos que se niegan a aceptar los principios básicos del Cuarteto», en referencia a las demandas de EE UU, la UE, la ONU y Rusia de que los islamistas abandonen definitivamente la violencia y reconozcan al Estado judío. «Nos aseguraremos de evitar una crisis humanitaria que pueda perjudicar a los civiles no envueltos en el terrorismo. Esta política requiere paciencia, pero la guerra seguirá», insistía el primer ministro, empeñado en propagar la idea de un conflicto armado simétrico entre Israel -que sólo en la última semana ha matado a una veintena de palestinos con sus operaciones sistemáticas- y las bandas que lanzan los Qassam, que desde el comienzo de la Intifada en 2000 se han cobrado en total la vida de siete ciudadanos judíos. De acuerdo con fuentes oficiales israelíes, la tímida propuesta de tregua articulada ayer por los islamistas era reveladora, una vez más, de la debilidad que ya acusa Hamás tras meses de feroz embargo en la Franja e intensivos ataques militares, por lo que la estrategia elegida por Tel Aviv será mantener la presión «en vista del hundimiento de ese régimen». Máxime cuando faltan menos de dos semanas para la visita oficial al país de George W. Bush -cuya Administración incluye a Hamás en la lista de grupos terroristas-, y el proceso de paz impulsado en Anápolis, que ha excluido expresamente a los islamistas, se reanuda hoy con una segunda ronda con los palestinos moderados de Al-Fatah. En concreto, en declaraciones a la agencia palestina Maan, el depuesto primer ministro de Hamás, Ismail Hanniya, y su asesor político, Ahmed Yussef, formulaban ayer por separado una borrosa proposición de alto el fuego. En ella aseguraban que el partido «podría estar dispuesto» a detener el disparo de cohetes si Israel cumplía por su parte un triple compromiso: levantar el asedio a la Franja, abrir los pasos fronterizos y poner fin a la crisis humanitaria. «No rechazamos ser condescendientes si eso sirve para conseguir la retirada del boicot sobre Gaza -indicaba Yussef-, pero, en cualquier caso, no puede ser una condescendencia a cambio de nada». En tanto este mensaje era lanzado y desestimado casi en el acto por Ehud Olmert, Hamás procedía en Gaza a la detención bajo acusaciones de traición de tres palestinos sospechosos de colaborar con Israel. De acuerdo con el portavoz del brazo armado del partido islamista, las Brigadas de Azzedin al Qassam, a los detenidos se les incautaron fotografías de miembros de Yihad Islámica asesinados por el Ejército hebreo la pasada semana, y se cree que últimamente se encontraban espiando a un miembro de Hamás involucrado en el secuestro del soldado judío Gilad Shalit, capturado por la organización en junio de 2006. Por otro lado, en Israel volvieron ayer a surgir anuncios confusos sobre la ampliación de las colonias en territorio ocupado más cercanas a Jerusalén. El ministro de Estado, Rafi Eitán, aseguró que los Presupuestos de 2008 contienen partidas para construir 240 nuevos apartamentos en el gran asentamiento de Maalé Adumin y 500 en Har Homa, aparte de los 307 ya anunciados a principios de mes. Olmert ya tuvo que desmentir la pasada semana un avance de este tipo realizado por otro miembro de su gabinete, Zeev Boim. Con vistas a los contactos de hoy en el marco del proceso de Anápolis, un portavoz del presidente palestino Mahmud Abbas sentenció que Israel «no puede simultanear paz y asentamientos».
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home