COMULGAR
Prefecto de la Doctrina de la Fe plantea si los políticos pro aborto pueden comulgar
William J. Levada, sucesor de Joseph Ratzinger como guardián de la ortodoxia, pide al sínodo que debata si es pecado votar a políticos pro aborto.
El arzobispo de Saint Louis, Raymond Burke, afirmó que no permitiría comulgar al candidato demócrata John Kerry
MARÍA-PAZ LÓPEZ - 05/10/2005 Corresponsal CIUDAD DEL VATICANO La Vanguardia de Barcelona
El arzobispo estadounidense William J. Levada, sucesor del Papa al frente de la Congregación para la Doctrina de la Fe, que Joseph Ratzinger dirigió durante 23 años, realizó ayer su primera propuesta pública como tal ante los obispos reunidos en el sínodo, al plantear que se debata si se debe o no negar la comunión a los políticos católicos que apoyan el aborto. "Este asunto ha provocado división entre los fieles de la Iglesia católica en Estados Unidos durante las últimas elecciones", dijo Levada a la asamblea el lunes por la tarde, según refirió ayer un portavoz a los reporteros de habla inglesa. En las elecciones presidenciales del 2004, el arzobispo de Saint Louis, Raymond Burke, afirmó que no permitiría comulgar al candidato demócrata, el católico John Kerry, que no condena el aborto. El sínodo de los obispos, que durante tres semanas abordará en el Vaticano urgencias y problemas en torno a la eucaristía, contiene una novedad introducida por Benedicto XVI: las llamadas "intervenciones libres" previstas para el final de la tarde después de sesiones con orden del día y oradores rigurosamente preestablecidos. En ese contexto se produjo la propuesta del prefecto, quien en su etapa como arzobispo de San Francisco también se declaró partidario de negar la comunión a políticos que defendieran el aborto. El Instrumentum Laboris,documento de trabajo con el que los 254 obispos se han preparado para el sínodo, recoge este problema, ampliándolo incluso a los votantes católicos de un partido católico proaborto, que en tal caso cometerían pecado. "Algunos reciben la comunión aun negando las enseñanzas de la Iglesia o sosteniendo públicamente opciones inmorales, como el aborto, sin pensar que están cometiendo un acto de grave deshonestidad personal y causando escándalo - dice el documento-. Además, existen católicos que no comprenden por qué es pecado sostener políticamente un candidato abiertamente favorable al aborto o a otros actos graves contra la vida, la justicia y la paz." Se asume que William J. Levada comparte esta visión. Al tiempo, no obstante, Levada ha hecho notar en el sínodo las divisiones que ese asunto comportó al catolicismo norteamericano en las elecciones del 2004: muchos fieles interpretaron la negación de la comunión a políticos favorables al aborto, y la consideración de que vopos tarles era pecado, como una injerencia eclesial en la vida política. El entonces candidato republicano, y actual presidente, George W. Bush, de confesión cristiana metodista, es contrario al aborto, y predica la abstinencia en la lucha contra el sida y en la prevención de embarazos adolescentes. Benedicto XVI estuvo ayer en las sesiones sinodales, aunque no consta si escuchó el llamamiento del nuevo prefecto. Ayer, el movimiento de laicos católicos progresistas We Are Church (Somos Iglesia), nacido en 1995 en Austria y presente en una veintena de países, hizo pública en Roma una carta dirigida a los obis-en la que reclama la intercomunión, es decir, la posibilidad de que fieles de otras confesiones cristianas puedan recibir la comunión en iglesias católicas. También criticaron que, ante la escasez de sacerdotes, no se recurra a la ordenación de casados ni se admita a las mujeres como diáconos.
William J. Levada, sucesor de Joseph Ratzinger como guardián de la ortodoxia, pide al sínodo que debata si es pecado votar a políticos pro aborto.
El arzobispo de Saint Louis, Raymond Burke, afirmó que no permitiría comulgar al candidato demócrata John Kerry
MARÍA-PAZ LÓPEZ - 05/10/2005 Corresponsal CIUDAD DEL VATICANO La Vanguardia de Barcelona
El arzobispo estadounidense William J. Levada, sucesor del Papa al frente de la Congregación para la Doctrina de la Fe, que Joseph Ratzinger dirigió durante 23 años, realizó ayer su primera propuesta pública como tal ante los obispos reunidos en el sínodo, al plantear que se debata si se debe o no negar la comunión a los políticos católicos que apoyan el aborto. "Este asunto ha provocado división entre los fieles de la Iglesia católica en Estados Unidos durante las últimas elecciones", dijo Levada a la asamblea el lunes por la tarde, según refirió ayer un portavoz a los reporteros de habla inglesa. En las elecciones presidenciales del 2004, el arzobispo de Saint Louis, Raymond Burke, afirmó que no permitiría comulgar al candidato demócrata, el católico John Kerry, que no condena el aborto. El sínodo de los obispos, que durante tres semanas abordará en el Vaticano urgencias y problemas en torno a la eucaristía, contiene una novedad introducida por Benedicto XVI: las llamadas "intervenciones libres" previstas para el final de la tarde después de sesiones con orden del día y oradores rigurosamente preestablecidos. En ese contexto se produjo la propuesta del prefecto, quien en su etapa como arzobispo de San Francisco también se declaró partidario de negar la comunión a políticos que defendieran el aborto. El Instrumentum Laboris,documento de trabajo con el que los 254 obispos se han preparado para el sínodo, recoge este problema, ampliándolo incluso a los votantes católicos de un partido católico proaborto, que en tal caso cometerían pecado. "Algunos reciben la comunión aun negando las enseñanzas de la Iglesia o sosteniendo públicamente opciones inmorales, como el aborto, sin pensar que están cometiendo un acto de grave deshonestidad personal y causando escándalo - dice el documento-. Además, existen católicos que no comprenden por qué es pecado sostener políticamente un candidato abiertamente favorable al aborto o a otros actos graves contra la vida, la justicia y la paz." Se asume que William J. Levada comparte esta visión. Al tiempo, no obstante, Levada ha hecho notar en el sínodo las divisiones que ese asunto comportó al catolicismo norteamericano en las elecciones del 2004: muchos fieles interpretaron la negación de la comunión a políticos favorables al aborto, y la consideración de que vopos tarles era pecado, como una injerencia eclesial en la vida política. El entonces candidato republicano, y actual presidente, George W. Bush, de confesión cristiana metodista, es contrario al aborto, y predica la abstinencia en la lucha contra el sida y en la prevención de embarazos adolescentes. Benedicto XVI estuvo ayer en las sesiones sinodales, aunque no consta si escuchó el llamamiento del nuevo prefecto. Ayer, el movimiento de laicos católicos progresistas We Are Church (Somos Iglesia), nacido en 1995 en Austria y presente en una veintena de países, hizo pública en Roma una carta dirigida a los obis-en la que reclama la intercomunión, es decir, la posibilidad de que fieles de otras confesiones cristianas puedan recibir la comunión en iglesias católicas. También criticaron que, ante la escasez de sacerdotes, no se recurra a la ordenación de casados ni se admita a las mujeres como diáconos.
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