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UNA EXPERIMENTO DE CREACIÓN LITERARIA'42 y 195', la primera novela electrónica en tiempo real
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UNA EXPERIMENTO DE CREACIÓN LITERARIA'42 y 195', la primera novela electrónica en tiempo real
Un 'weblog' sirve de estructura para contar la experiencia vital del maratónELMUNDOLIBRO
Un corredor de maratón, extenuado en la meta. (Ch. Tejeda)
A D E M Á S ...
Una novela vía móvil en China
Pon una novela en tu móvil
Javier Llorente ya ha escrito su novela para el soporte teléfono
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MADRID.- '42 y 195' es el título de la primera experiencia de creación literaria en tiempo real que ha nacido en Internet. También es la distancia del maratón, los 42 kilómetros y 195 metros que, dicen, recorrió el soldado Filípides antes de morir en Atenas agotado por el esfuerzo. Miguel del Fresno, directivo de una empresa editorial y pionero de la Red, ha elaborado su tercera novela ayudándose de un 'weblog', un espacio personal de escritura en Internet o diario 'on line'. En él (http://www.maraton.blogspot.com) relata, kilómetro a kilómetro, el aprendizaje mental y físico del corredor de fondo.
A diferencia de la creación literaria tradicional, en la que el lector no puede ver el producto hasta que está terminado -es decir, corregido, revisado, publicado-, en el 'weblog' los internautas han vivido el proceso de nacimiento y evolución de la novela día a día, e incluso han intervenido en él.
El 'weblog' mantuvo casi una decena de lectores diarios (más de 1.000 a lo largo de casi siete meses), que han enviado sugerencias, mensajes de ánimo y críticas por correo electrónico. Del Fresno no fue un autor aislado en su espacio personal de creación, sino un escritor 'en red'. Concluido el maratón el pasado 21 de junio, el autor ha corregido el texto y 'colgado' el resultado final, que se puede consultar, leer y también descargar.
¿El final de los derechos de autor tal y como los conocemos? ¿Un nuevo concepto de creación? En realidad, una muestra de lo que en Internet se denomina 'copyleft', un juego de palabras intraducible que supera al -y quizá también se ríe del- poderoso 'copyright'. En contra del concepto generalmente admitido de propiedad intelectual, los nuevos gurús de Internet proclaman que "la creación se defiende compartiéndola".
Copia y distribución libre
El 'copyleft' nació en el seno de la comunidad de software libre y, en general, permite la copia y la distribución de una obra, pero obliga a mantener la atribución al autor. El 'weblog', o bitácora si se traduce literalmente del inglés 'log', mantiene una estructura mínima pero fija, que los internautas utilizan para contar casi cualquier cosa. Del Fresno asegura que el suyo es el primero en el que se ha creado una obra literaria. Además, él ha aprovechado las restricciones que impone la bitácora en su propio beneficio; dice que ese corsé le dio libertad para escribir tal como quería, sin dispersarse, limitando la extensión a 1.000 palabras el kilómetro-capítulo; le obligó a escribir todos los días, pero sin dejarse llevar por el impulso, e incluso le resolvió un problema inicial con el punto de vista...
Ese punto de vista es el del corredor/autor, aunque se presente como una falsa segunda persona. Como quien habla solo fingiendo ser su propio interlocutor. A lo largo de los 42,195 kilómetros de la novela se asiste a un largo ejercicio de flujo de conciencia, un monólogo interior que lo mismo describe las fases del entrenamiento que refleja el agotamiento de los últimos kilómetros. El ritmo de la frase es el de la zancada.
Así que la puntuación responde al estado 'físico' del corredor y a su organización mental. En los kilómetros 31 y 32, que los maratonianos conocen como 'el muro', el momento más duro de la carrera, desaparece la puntuación y el discurso es inconexo. En los kilómetros finales, la euforia de la meta acelera el ritmo y el parloteo mental del maratoniano se hace más anfetamínico.
Inmersión del autor en la experiencia
La obra es el resultado de "la inmersión del autor en la experiencia", como lo describe Del Fresno, quien quería contar en ella su propio proceso de aprendizaje del maratón. Para escribir la novela el autor tuvo que correr antes 3.500 kilómetros. Hace cuatro años que empezó a prepararse. "El primer día no pude correr ni cinco minutos", confiesa. Ahora, dos maratones y siete medios maratones después, termina los 42,195 kilómetros en cuatro horas y 28 minutos, muy lejos de las dos horas, 15 minutos y 16 segundos en que los corrió, descalzo, el etiope Ababa Bikila en los Juegos Olímpicos de Roma de 1960.
Pero no se trata de superar marcas. "Sólo corres contra ti mismo", se repite constantemente el corredor/autor, que en su maratón también va cubriendo etapas vitales. El 11 de marzo, el 'weblog' se desentiende del entrenamiento y dirige su atención a los atentados de Madrid: "Hay carreras que no llevan a ninguna parte, hay otras que sin ir a ninguna parte suman la ignominia de dejar miles de muertos como víctimas inocentes y aleatorias". El día 12 el corredor también grita '¿quién ha sido?', el día 13 llega, sudando y en pantalón corto, hasta la calle Génova. En el kilómetro 23 (el 19 de abril) se tropieza con el cadáver de una emigrante africana en las playas de Barbate (Cádiz).
'Método Stanislawski'
Su mente también regresa al pasado, para evocar su adolescencia en un internado y la objeción de conciencia en la 'mili', lo mismo que descubre algún episodio sexual o se atreve a hablar de amor. Por supuesto, el corredor/autor se lesiona, cae, discute con los taxistas, se enfrenta con un perro... "Es la aplicación del método Stanislawski a la creación literaria", explica Del Fresno.
Experiencia, pues, y kilómetros de épica. La del esfuerzo supremo y la superación, la búsqueda del límite. El maratón te cambia, la voluntad te empuja, el último metro te hace distinto, hay momentos únicos, instantes de clarividencia, de intuición, de descubrimiento, según revela el autor, sensaciones e ideas que a buen seguro comparten los miles de adictos a la carrera reina del fondo. "Es algo primitivo", destaca Del Fresno, "todos lo llevamos dentro. Hace 5.000 años los hombres no jugaban al pádel ni al golf; corrían. Y es igualitario, no importa el sexo ni la edad. Es una experiencia primordial y básica. Después de todo, lo único que de verdad necesitas para correr un maratón son unas buenas zapatillas y un poco de método".
Un corredor de maratón, extenuado en la meta. (Ch. Tejeda)
A D E M Á S ...
Una novela vía móvil en China
Pon una novela en tu móvil
Javier Llorente ya ha escrito su novela para el soporte teléfono
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MADRID.- '42 y 195' es el título de la primera experiencia de creación literaria en tiempo real que ha nacido en Internet. También es la distancia del maratón, los 42 kilómetros y 195 metros que, dicen, recorrió el soldado Filípides antes de morir en Atenas agotado por el esfuerzo. Miguel del Fresno, directivo de una empresa editorial y pionero de la Red, ha elaborado su tercera novela ayudándose de un 'weblog', un espacio personal de escritura en Internet o diario 'on line'. En él (http://www.maraton.blogspot.com) relata, kilómetro a kilómetro, el aprendizaje mental y físico del corredor de fondo.
A diferencia de la creación literaria tradicional, en la que el lector no puede ver el producto hasta que está terminado -es decir, corregido, revisado, publicado-, en el 'weblog' los internautas han vivido el proceso de nacimiento y evolución de la novela día a día, e incluso han intervenido en él.
El 'weblog' mantuvo casi una decena de lectores diarios (más de 1.000 a lo largo de casi siete meses), que han enviado sugerencias, mensajes de ánimo y críticas por correo electrónico. Del Fresno no fue un autor aislado en su espacio personal de creación, sino un escritor 'en red'. Concluido el maratón el pasado 21 de junio, el autor ha corregido el texto y 'colgado' el resultado final, que se puede consultar, leer y también descargar.
¿El final de los derechos de autor tal y como los conocemos? ¿Un nuevo concepto de creación? En realidad, una muestra de lo que en Internet se denomina 'copyleft', un juego de palabras intraducible que supera al -y quizá también se ríe del- poderoso 'copyright'. En contra del concepto generalmente admitido de propiedad intelectual, los nuevos gurús de Internet proclaman que "la creación se defiende compartiéndola".
Copia y distribución libre
El 'copyleft' nació en el seno de la comunidad de software libre y, en general, permite la copia y la distribución de una obra, pero obliga a mantener la atribución al autor. El 'weblog', o bitácora si se traduce literalmente del inglés 'log', mantiene una estructura mínima pero fija, que los internautas utilizan para contar casi cualquier cosa. Del Fresno asegura que el suyo es el primero en el que se ha creado una obra literaria. Además, él ha aprovechado las restricciones que impone la bitácora en su propio beneficio; dice que ese corsé le dio libertad para escribir tal como quería, sin dispersarse, limitando la extensión a 1.000 palabras el kilómetro-capítulo; le obligó a escribir todos los días, pero sin dejarse llevar por el impulso, e incluso le resolvió un problema inicial con el punto de vista...
Ese punto de vista es el del corredor/autor, aunque se presente como una falsa segunda persona. Como quien habla solo fingiendo ser su propio interlocutor. A lo largo de los 42,195 kilómetros de la novela se asiste a un largo ejercicio de flujo de conciencia, un monólogo interior que lo mismo describe las fases del entrenamiento que refleja el agotamiento de los últimos kilómetros. El ritmo de la frase es el de la zancada.
Así que la puntuación responde al estado 'físico' del corredor y a su organización mental. En los kilómetros 31 y 32, que los maratonianos conocen como 'el muro', el momento más duro de la carrera, desaparece la puntuación y el discurso es inconexo. En los kilómetros finales, la euforia de la meta acelera el ritmo y el parloteo mental del maratoniano se hace más anfetamínico.
Inmersión del autor en la experiencia
La obra es el resultado de "la inmersión del autor en la experiencia", como lo describe Del Fresno, quien quería contar en ella su propio proceso de aprendizaje del maratón. Para escribir la novela el autor tuvo que correr antes 3.500 kilómetros. Hace cuatro años que empezó a prepararse. "El primer día no pude correr ni cinco minutos", confiesa. Ahora, dos maratones y siete medios maratones después, termina los 42,195 kilómetros en cuatro horas y 28 minutos, muy lejos de las dos horas, 15 minutos y 16 segundos en que los corrió, descalzo, el etiope Ababa Bikila en los Juegos Olímpicos de Roma de 1960.
Pero no se trata de superar marcas. "Sólo corres contra ti mismo", se repite constantemente el corredor/autor, que en su maratón también va cubriendo etapas vitales. El 11 de marzo, el 'weblog' se desentiende del entrenamiento y dirige su atención a los atentados de Madrid: "Hay carreras que no llevan a ninguna parte, hay otras que sin ir a ninguna parte suman la ignominia de dejar miles de muertos como víctimas inocentes y aleatorias". El día 12 el corredor también grita '¿quién ha sido?', el día 13 llega, sudando y en pantalón corto, hasta la calle Génova. En el kilómetro 23 (el 19 de abril) se tropieza con el cadáver de una emigrante africana en las playas de Barbate (Cádiz).
'Método Stanislawski'
Su mente también regresa al pasado, para evocar su adolescencia en un internado y la objeción de conciencia en la 'mili', lo mismo que descubre algún episodio sexual o se atreve a hablar de amor. Por supuesto, el corredor/autor se lesiona, cae, discute con los taxistas, se enfrenta con un perro... "Es la aplicación del método Stanislawski a la creación literaria", explica Del Fresno.
Experiencia, pues, y kilómetros de épica. La del esfuerzo supremo y la superación, la búsqueda del límite. El maratón te cambia, la voluntad te empuja, el último metro te hace distinto, hay momentos únicos, instantes de clarividencia, de intuición, de descubrimiento, según revela el autor, sensaciones e ideas que a buen seguro comparten los miles de adictos a la carrera reina del fondo. "Es algo primitivo", destaca Del Fresno, "todos lo llevamos dentro. Hace 5.000 años los hombres no jugaban al pádel ni al golf; corrían. Y es igualitario, no importa el sexo ni la edad. Es una experiencia primordial y básica. Después de todo, lo único que de verdad necesitas para correr un maratón son unas buenas zapatillas y un poco de método".
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