BIDEN - PALIN
Primeras impresiones sobre el debate de los «número dos»
POR PEDRO RODRÍGUEZ ST. LOUIS (MISSOURI)
Actualizado Viernes, 03-10-08 a las 06:48
POR PEDRO RODRÍGUEZ ST. LOUIS (MISSOURI)
Actualizado Viernes, 03-10-08 a las 06:48
ABC.es
Cuando quedan solamente 33 días para las elecciones de Estados Unidos, los engranajes políticos del gigante americano siguen girando a marchas forzadas. En la ciudad de Saint Louis (Missouri), la atención electoral se ha concentrado anoche en el único debate previsto este año para los dos aspirantes a la vicepresidencia de Estados Unidos. Foro que ha servido a Sarah Palin sobre todo para intentar defender con guiños populistas -literales y figurativos- su pionera candidatura. Una estrategia casi obligada tras las dudas e ironías acumuladas sobre sus cualificaciones en las últimas semanas. Con todo, las gracias y la cultivada pose de “outsider” no han compensado por completo la falta de calado y la repetición de una serie de consignas claramente recién aprendidas.
En general, el senador por Delaware ha demostrado más disciplina y domino de la situación, sin parecer condescendiente con una rival que a veces se ha comportado más como una becaria diligente Y pese a los esfuerzos por presentarse como un poco de aire fresco y una especie de Pepa “six-pack”, la gobernadora de Alaska ha obtenido resultados bastante limitados a la hora de entrar en detalles sobre cuestiones decisivas como la economía, política energética o el frente internacional. Aunque José Luis Rodríguez Zapatero haya defendida en su momento ante la opinión pública española que “con una sonrisa se puede decir todo”, parece que en estos momentos de máxima seriedad, el electorado americano busca algo más que un gesto simpaticón. El demócrata Joseph Biden, por su parte, se ha concentrado especialmente en cuestionar la gestión del presidente Bush y presentar a McCain como cuatro años más de los últimos ocho años. En general, el senador por Delaware ha demostrado más disciplina y domino de la situación, sin parecer condescendiente con una rival que a veces se ha comportado más como una becaria diligente pero difícil de imaginar en la gran silla del despacho oval. Biden ha tenido incluso el detalle de emocionarse al recordar la muerte en accidente de tráfico de su primera esposa y una hija.Respectivamente con dos hijos destinados en Irak, el debate de los “números dos” también ha servido para resucitar en este tramo de la campaña presidencial la polémica sobre Irak. Frente bélico en el que los demócratas están dispuestos a una retirada responsable pero gradual y los republicanos son partidarios de un compromiso sin plazos artificiales. Joseph Biden tampoco se ha privado de recordar una vez más -tal y como hizo Barack Obama durante el primer debate de Mississippi- la negativa de McCain a contemplar una posible entrevista con el presidente del gobierno de España, país aliado de la OTAN y con tropas en Afganistán, como ejemplo de la cerrazón diplomática de los republicanos.
Cuando quedan solamente 33 días para las elecciones de Estados Unidos, los engranajes políticos del gigante americano siguen girando a marchas forzadas. En la ciudad de Saint Louis (Missouri), la atención electoral se ha concentrado anoche en el único debate previsto este año para los dos aspirantes a la vicepresidencia de Estados Unidos. Foro que ha servido a Sarah Palin sobre todo para intentar defender con guiños populistas -literales y figurativos- su pionera candidatura. Una estrategia casi obligada tras las dudas e ironías acumuladas sobre sus cualificaciones en las últimas semanas. Con todo, las gracias y la cultivada pose de “outsider” no han compensado por completo la falta de calado y la repetición de una serie de consignas claramente recién aprendidas.
En general, el senador por Delaware ha demostrado más disciplina y domino de la situación, sin parecer condescendiente con una rival que a veces se ha comportado más como una becaria diligente Y pese a los esfuerzos por presentarse como un poco de aire fresco y una especie de Pepa “six-pack”, la gobernadora de Alaska ha obtenido resultados bastante limitados a la hora de entrar en detalles sobre cuestiones decisivas como la economía, política energética o el frente internacional. Aunque José Luis Rodríguez Zapatero haya defendida en su momento ante la opinión pública española que “con una sonrisa se puede decir todo”, parece que en estos momentos de máxima seriedad, el electorado americano busca algo más que un gesto simpaticón. El demócrata Joseph Biden, por su parte, se ha concentrado especialmente en cuestionar la gestión del presidente Bush y presentar a McCain como cuatro años más de los últimos ocho años. En general, el senador por Delaware ha demostrado más disciplina y domino de la situación, sin parecer condescendiente con una rival que a veces se ha comportado más como una becaria diligente pero difícil de imaginar en la gran silla del despacho oval. Biden ha tenido incluso el detalle de emocionarse al recordar la muerte en accidente de tráfico de su primera esposa y una hija.Respectivamente con dos hijos destinados en Irak, el debate de los “números dos” también ha servido para resucitar en este tramo de la campaña presidencial la polémica sobre Irak. Frente bélico en el que los demócratas están dispuestos a una retirada responsable pero gradual y los republicanos son partidarios de un compromiso sin plazos artificiales. Joseph Biden tampoco se ha privado de recordar una vez más -tal y como hizo Barack Obama durante el primer debate de Mississippi- la negativa de McCain a contemplar una posible entrevista con el presidente del gobierno de España, país aliado de la OTAN y con tropas en Afganistán, como ejemplo de la cerrazón diplomática de los republicanos.
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